viernes, 2 de noviembre de 2007

Ser cristiano implica ser un ciudadano honrado, dice el Papa


.- Al dedicar la Audiencia General de este miércoles a la figura de San Máximo de Turín, el Papa Benedicto XVI destacó que existe una profunda vinculación entre ser cristiano y ser un buen ciudadano.

Durante la lluviosa mañana romana, el Pontífice recordó que Máximo fue Obispo de Turín (Italia) desde 398, cuando la ciudad, amenazada por grupos dispersos de bárbaros que llegaban hasta los Alpes occidentales, estaba protegida por guarniciones militares y era el refugio de las poblaciones que huían de las zonas rurales.

Frente a este estado de cosas las intervenciones de Máximo, autor de unos noventa sermones, dijo el Papa, “atestiguan su empeño para reaccionar al deterioro de la convivencia y a la disgregación”. El Obispo criticó duramente a sus fieles cuando utilizaban los infortunios de los demás en beneficio propio, predicando “una relación profunda entre los deberes del cristiano y los del ciudadano” y, “junto al amor tradicional por la ciudad patria proclama también el deber preciso de hacer frente a las obligaciones fiscales”.

El análisis histórico y literario de la figura de Máximo de Turín, explicó Benedicto XVI, “demuestra una toma de conciencia cada vez más creciente de la responsabilidad política de la autoridad eclesial, en un contexto donde ésta sustituía cada vez más a la civil”.

“Es evidente que el contexto histórico, cultural y social es profundamente diverso en nuestra época”, observó el Papa.

Sin embargo, “son siempre válidos los deberes del creyente con su ciudad y su patria. El lazo de las obligaciones del ciudadano honrado con el de buen cristiano sigue vigente”, agregó.

El Santo Padre citó la constitución pastoral del Concilio Vaticano II Gaudium et spes, cuyo objetivo era “iluminar uno de los aspectos más importantes de la unidad de vida del cristiano: la coherencia entre fe y vida, entre Evangelio y cultura”.

El Concilio Vaticano II, concluyó, “exhorta a los fieles a cumplir con fidelidad sus deberes temporales, guiados siempre por el espíritu evangélico. Se equivocan aquellos que, sabiendo que no tenemos aquí ciudad permanente, pues buscamos la futura, consideran que pueden descuidar las tareas temporales, sin darse cuenta que la propia fe es un motivo que les obliga al más perfecto cumplimiento de todas ellas según la vocación personal de cada uno”.

Santa Sede insiste ante la ONU en la necesidad de proteger libertad religiosa


.- Durante el discurso pronunciado en la sesión de la Organización de Naciones Unidas sobre los derechos humanos, el Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, Mons. Celestino Migliore destacó la necesidad de defender el derecho a practicar la religión en aquellos países donde existen leyes que imponen una religión específica.

“Mi delegación subraya que el derecho a la libertad de religión o creencias se aplica a todos los seres humanos en cualquier lugar”, señaló Mons. Migliore; y agregó que “las leyes contra la Blasfemia que existen en algunos países o regiones (mayoritariamente musulmanes) han causado muchos sufrimientos especialmente entre las minorías religiosas, ya sea por castigos infligidos que incluyen la muerte, o por consecuencias indirectas de destrucciones de lugares de culto o juicios sumarios”.

El Nuncio Apostólico urgió a que “en aquellos lugares donde tales leyes aún existen, mi delegación urge a las autoridades públicas a salvaguardar la seguridad de aquellos acusados de blasfemia y proporcionar pleno respeto a sus derechos humanos”.

“La minorías religiosas –prosiguió– tiene pleno derecho a gozar de la libertad religiosa, al trato igual ante la ley y los mismos derechos civiles de la población general y miembros de la mayoría religiosa”.

“Mi delegación sigue estando seriamente preocupada porque la libertad de religión no existe para muchos en diversas partes del mundo”, agregó; y explicó que “las conversiones forzadas, ejecuciones, desacralización de lugares de culto, expulsión de minorías religiosas de sus comunidades y otras formas de persecución religiosa son violaciones del derecho a la libertad religiosa”.

Mon. Milgiore recordó que la libertad religiosa “incluye el derecho a creer, celebrar, proponer la propia fe a otros, aceptar la fe en total libertad, asociarse libremente con otros para expresar las convicciones religiosas, así como el derecho a cambiar de religión”.

Finalmente, señaló que “el progreso en el diálogo entre las religiones del mundo es un desarrollo positivo. Es una ocasión pero exhortarse mutuamente a una fe más profunda, a la coexistencia pacífica y el mutuo enriquecimiento, especialmente cuando el diálogo es practicado tanto como testimonio de la propia fe y como respeto de las convicciones religiosas de los otros”.

Develan monumento a Juan Pablo II en México

.- El próximo domingo 4 de noviembre se develará una estatua del recordado Siervo de Dios Juan Pablo II en la ciudad de Morelia, estado de Michoacán, México.

La estatua de bronce estará ubicada en la zona sur de la ciudad, en una glorieta (óvalo) de 60 metros de diámetro, que preside la Avenida Juan Pablo II, conocida también como camino a Jesús del Monte.

La obra es promovida por el Grupo Marmor, y cuenta con el respaldo del Arzobispado de Morelia, las autoridades de gobierno y los habitantes de Morelia.

La imagen del Papa peregrino estará ubicada al centro de la glorieta, acondicionada tipo plaza, con una fuente en forma de cascada y jardines.

La Biblia figura entre los objetos prohibidos de las Olimpiadas de Pekín 2008

Juegos sin Dios
La Biblia figura entre los objetos prohibidos de las Olimpiadas de Pekín 2008


La Biblia, vetada para JJOO en 2008

.- Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 publicaron la lista de "objetos prohibidos" en las villas de deportistas donde se alojarán los atletas. Para sorpresa de muchos, la Biblia está incluida en la polémica relación.

Según informó el diario deportivo italiano La Gazzetta dello Sport, los organizadores han alegado "razones de seguridad" y han prohibido a los atletas llevar consigo cualquier otro símbolo religioso en los recintos olímpicos.

La lista prohíbe la entrada de un amplio número de objetos, entre ellos algunos comunes como cámaras de vídeo o tazas.

El diario español La Razón recordó que este hecho "se suma a otras muestras de censura e intolerancia ejercidas en el gigante asiático en cuanto a objetos de culto religioso y a la población cristiana. Hoy en China permanecen encarcelados cinco obispos y quince sacerdotes por oponerse a la Iglesia oficial impuesta por el gobierno de Pekín, que actúa de espaldas de la Santa Sede, y obliga a los fieles a Roma a vivir en la clandestinidad con medidas restrictivas, como la que se aplicará en los Juegos Olímpicos de 2008".

Todo ser humano está llamado a la santidad, asegura el Papa

Afirma en el Ángelus de la solemnidad de Todos los Santos


CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 2 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Todo ser humano está llamado a la santidad, afirmó Benedicto XVI este jueves, día en el que la Iglesia celebraba la solemnidad de Todos los Santos.

Y la santidad, aclaró el Papa, al rezar la oración mariana del Ángelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, «consiste en vivir como hijos de Dios».

En esa tradicional fiesta de precepto en muchos países católicos, el Papa invitó a los creyentes a dilatar el corazón, «sobrepasando los confines del tiempo y del espacio» para ampliarse «hacia las dimensiones del Cielo».

El cristiano, reconoció, «ya es santo, pues el Bautismo le une a Jesús y a su misterio pascual, pero al mismo tiempo tiene que llegar a ser santo, conformándose con Él cada vez más íntimamente».

Por eso, advirtió ante el peligro de caer en un equívoco: «A veces se piensa que la santidad es un privilegio reservado a unos pocos elegidos --advirtió--. En realidad, ¡llegar a ser santo es la tarea de cada cristiano, es más, podríamos decir, de cada hombre!».

«Todos los seres humanos están llamados a la santidad que, en última instancia, consiste en vivir como hijos de Dios, en esa “semejanza” a Él, según la cual, han sido creados», subrayó.

Según el Papa, «todos los seres humanos son hijos de Dios, y todos tienen que llegar a ser lo que son, a través del camino exigente de la libertad».

«Dios les invita a todos a formar parte de su pueblo santo. El “Camino” es Cristo, el Hijo, el Santo de Dios: nadie puede llegar al Padre si no por Él», aclaró.

En la tarde de este viernes, conmemoración de los fieles difuntos, Benedicto XVI debía recogerse en oración en las grutas de la Basílica vaticana para rezar, en privado, por los sumos pontífices allí sepultados y por todos los difuntos.

En el Ángelus del día precedente había alentado a los cristianos «a rezar por ellos, ofreciendo también los sufrimientos y los cansancios cotidianos para que, completamente purificados, puedan gozar para siempre de la luz y la paz del Señor».

Predicador del Papa: Jesús no condena sin apelación la riqueza, sino su uso inicuo

Comentario del padre Cantalamessa a la liturgia del próximo domingo


ROMA, viernes, 2 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. --predicador de la Casa Pontificia-- a la liturgia del próximo domingo, XXXI del tiempo ordinario.

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XXXI Domingo del tiempo ordinario [C]
Sabiduría 11, 23 12, 2; 2 Tesalonicenses 1, 11 2, 2; Lucas 19, 1 10

Zaqueo, baja pronto

El Evangelio nos presenta la encantadora historia de Zaqueo. Jesús ha llegado a Jericó. No es la primera vez que va, y en esta ocasión, al aproximarse, también ha curado a un ciego (v. Lc 18, 35 ss). Esto explica por qué hay tanta multitud esperándole. Zaqueo, «jefe de publicanos y rico», para verle mejor, sube a un árbol en el recorrido que sigue la gente (¡a la entrada de Jericó se muestra todavía un viejo sicómoro que sería el de Zaqueo!). «Cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista le dijo: "Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa". Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: "Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador"».

El episodio sirve para evidenciar, una vez más, la atención de Jesús por los humildes, los rechazados y despreciados. Sus conciudadanos despreciaban a Zaqueo porque hacía componendas con el dinero y con el poder, y a lo mejor también porque era pequeño de estatura; para ellos, Zaqueo no es más que «un pecador». Jesús en cambio acude a encontrarle a su casa; deja a la multitud de admiradores que le ha recibido en Jericó y va a casa sólo de Zaqueo. Hace como el buen pastor, que deja las noventa y nueve ovejas para buscar la que completa el centenar, la que se ha perdido.

También la actuación y las palabras de Zaqueo contienen una enseñanza. Tiene que ver con la actitud hacia la riqueza y hacia los pobres. Desde este punto de vista, el episodio de Zaqueo hay que leerlo con el fondo de los dos pasajes que le preceden, el del rico epulón y el del joven rico. El rico epulón negaba al pobre hasta las migajas que caían de su mesa; Zaqueo da la mitad de sus bienes a los pobres; uno usa sus bienes sólo para sí y para sus amigos ricos que le pueden corresponder; otro usa sus bienes también para los demás, para los pobres. La atención, como se ve, está en el uso que hay que hacer de las riquezas. Las riquezas son inicuas cuando se acaparan, sustrayéndolas a los más débiles y empleándolas para el propio lujo desenfrenado; dejan de ser inicuas cuando son fruto del propio trabajo y se ponen al servicio de los demás y de la comunidad.

Afrontar el episodio del joven rico es igualmente instructivo. Al joven rico Jesús le dice que venda todo lo que tiene y lo dé a los pobres (Lc 18, 22); con Zaqueo se contenta con su promesa de dar a los pobres la mitad de sus bienes. Zaqueo, en otras palabras, sigue siendo rico. La tarea que realiza (es jefe de aduaneros de la ciudad de Jericó, que tiene el monopolio de algunos productos en aquel tiempo solicitadísimos, hasta en Egipto por Cleopatra) le permite seguir siendo rico incluso después de haber renunciado a la mitad de sus pertenencias.

Esto rectifica una falsa impresión que se puede tener de otros dichos del Evangelio. No es la riqueza en sí lo que Jesús condena sin apelación, sino el uso inicuo de ella. ¡Existe salvación también para el rico! Zaqueo es la prueba de esto. Dios puede hacer el milagro de convertir y salvar a un rico sin, necesariamente, reducirlo al estado de pobreza. Una esperanza, ésta, que Jesús no negó jamás y que incluso alimentó, no desdeñando frecuentar, Él, el pobre, también a algunos ricos y jefes militares.

Cierto: Él jamás halagó a los ricos ni buscó su favor suavizando, cuando estaba en su compañía, las exigencias de su Evangelio. ¡Todo lo contrario! Zaqueo, antes de oír que se le dice: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa», tuvo que tomar una valiente decisión: dar a los pobres la mitad de su dinero y de los bienes acumulados, reparar los fraudes cometidos en su trabajo restituyendo el cuádruple. El caso de Zaqueo se presenta, así, como el reflejo de la conversión evangélica que es siempre y a la vez conversión a Dios y a los hermanos.

[Traducción del original italiano realizada por Zenit]

jueves, 1 de noviembre de 2007

Curso bíblico virtual sobre el Evangelio de San Mateo

Ofrecido por el Centro Bíblico Pastoral para América Latina (CEBIPAL)


BOGOTÁ, martes, 30 octubre 2007 (ZENIT.org-El Observador).- Del 5 de noviembre al 3 de diciembre de 2007 se llevará a cabo, en la sede del Centro Bíblico Pastoral para América Latina (CEBIPAL) el curso bíblico virtual sobre el Evangelio de San Mateo, como preparación a las lecturas del Ciclo A del 2008.

Inspirado en el lema de Aparecida, procedente, justamente, del Evangelio de San Mateo, el Curso tiene por lema propia el «vayan y hagan discípulos a todos los pueblos» (Mt 28,19 )

El CEBIPAL dependiente de la estructura del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), invita así a preparar el año litúrgico de San Mateo (ciclo A) que comenzará el próximo 1 de diciembre, con la realización de un curso bíblico virtual sobre este Evangelio.

El propósito del curso virtual es el de refrescar los conocimientos sobre este evangelio, estudiando sus grandes ejes temáticos y catequéticos, a partir de un cotejo cuidadoso de los textos.

«Nuestro enfoque privilegiado será el dado por Aparecida: el discipulado misionero. Con este curso los predicadores podrán tener una visión de conjunto de los pasajes que se explicarán durante el año, todos los agentes de pastoral podrán darle un enfoque bíblico y unificado a sus programas pastorales», han escrito sus organizadores.

El curso virtual iniciará el jueves 5 de noviembre con la publicación de la unidad introductoria, este estudio inicial finalizará el 3 de diciembre viendo las siguientes materias: «Introducción y marco contextual del Evangelio de San Mateo»; «Mateo un Evangelio fascinante para nuestro tiempo»; «Discípulos hasta el final»; «La misión, una consecuencia del discipulado».

Más información en las siguientes direcciones electrónicas: cebipal@celam.org; celamservicios@celam.org

Página web: http: www.celam.org/cebipal

Predicador del Papa: quiénes son y qué hacen los santos

Comentario del padre Cantalamessa a la liturgia de la Solemnidad de todos los santos


ROMA, miércoles, 31octubre 2007 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. --predicador de la Casa Pontificia-- a la liturgia de la Solemnidad de todos los santos, que la Iglesia celebra el 1 de noviembre.

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Solemnidad de todos los santos
Apocalipsis 7, 2-4.9-14; 1 Juan 3, 1-3; Mateo 5, 1-12a

Quiénes son los santos

Hace tiempo que los científicos envían señales al cosmos en espera de respuestas de parte de seres inteligentes en algún planeta perdido. La Iglesia desde siempre mantiene un diálogo con los habitantes de otro mundo, los santos. Es cuanto proclamamos al decir: «Creo en la comunión de los santos». Aunque existieran habitantes fuera del sistema solar, la comunicación con ellos sería imposible porque entre la pregunta y la respuesta pasarían millones de años. Aquí en cambio la respuesta es inmediata porque existe un centro de comunicación y de encuentro común que es Cristo Resucitado.

Tal vez también por el momento del año en que cae, la Solemnidad de todos los santos tiene algo especial que explica su popularidad y las numerosas tradiciones ligadas a ella en algunos sectores de la cristiandad. El motivo está en lo que dice Juan en la segunda lectura. En esta vida «somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos»; somos como el embrión en el seno de la madre que anhela nacer. Los santos han «nacido» (la liturgia llama «día del nacimiento», dies natalis, al día de su muerte); contemplarles es contemplar nuestro destino. Mientras a nuestro alrededor la naturaleza se desnuda y caen las hojas, la fiesta de todos los santos nos invita a mirar a lo alto; nos recuerda que no estamos destinados a marchitarnos en tierra para siempre, como las hojas.

El pasaje del Evangelio es el de las Bienaventuranzas. Una en particular ha inspirado la elección del pasaje: «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque serán saciados». Los santos son aquellos que han tenido hambre y sed de justicia, esto es, en lenguaje bíblico, de santidad. No se han resignado a la mediocridad, no se han contentado con medias tintas.

Nos ayuda a entender quiénes son los santos la primera lectura de la Solemnidad. Son «los que han lavado sus vestiduras en la sangre del Cordero». La santidad se recibe de Cristo; no es de producción propia. En el Antiguo Testamento ser santos quería decir «estar separados» de todo lo que es impuro; en la acepción cristiana quiere decir más bien lo contrario, o sea, «estar unidos», se entiende que a Cristo.

Los santos, esto es, los salvados, no son sólo los que enumera el calendario o el santoral. Existen también los «santos desconocidos»: quienes arriesgaron su vida por los hermanos, los mártires de la justicia y de la libertad, o del deber, los «santos laicos», como alguien les ha llamado. Sin saberlo, también sus vestiduras han sido lavadas en la sangre del Cordero, si han vivido según la conciencia y les ha importado el bien de los hermanos.

Surge espontáneamente una pregunta: ¿qué hacen los santos en el paraíso? La respuesta está, también aquí, en la primera lectura: los salvados adoran, echan sus coronas ante el trono, gritando: «Alabanza, honor, bendición, acción de gracias...». Se realiza en ellos la verdadera vocación humana, que es la de ser «alabanza de la gloria de Dios» (Ef 1,14). Su coro es guiado por María, que en el cielo continúa su canto de alabanza: «Proclama mi alma la grandeza del Señor». Es en esta alabanza donde los santos encuentran su bienaventuranza y su gozo: «Se alegra mi espíritu en Dios». El hombre es aquello que ama y aquello que admira. Amando y alabando a Dios uno se ensimisma con Dios, se participa de su gloria y de su propia felicidad.

Un día, un santo, San Simeón el Nuevo Teólogo, tuvo una experiencia mística de Dios tan fuerte que exclamó para sí: «Si el paraíso no es más que esto, ¡me basta!». Pero la voz de Cristo le dijo: «Eres bien mezquino si te contentas con esto. El gozo que has experimentado en comparación con el del paraíso es como un cielo pintado en papel respecto al verdadero cielo».

[Traducción del original italiano realizada por Zenit.]

Cada día, alguien reza el rosario por ti

Habla Mauro Persici, del Movimiento Dominico del Rosario


CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 31 octubre 2007 (ZENIT.org).- Millones de personas de todo el mundo rezan el rosario de manera permanente, es decir, se pasan el testigo las veinticuatro horas del día.

Al concluir el mes del Rosario, Zenit ha entrevistado al sacerdote dominico Mauro Persici op, promotor del Movimiento Dominico del Rosario

Este movimiento «de comunión espiritual de oración» quiere ser una escuela del rosario en la meditación del «evangelio según María».

--¿Qué es el Movimiento Dominico del Rosario y cuáles son los fines que se propone?

--Mauro Persici: Hablando del rosario, la exhortación de Pablo VI «Marialis Cultus» recuerda que «los hijos de santo Domingo, por tradición, son custodios y propagadores de tan saludable devoción». Para ser fieles a esta preciosa herencia ‘familiar’, los dominicos de todos los tiempos se empeñaron siempre a todos los niveles, involucrando a numerosos fieles en el descubrimiento del ‘secreto’ del rosario. Normalmente, estos forman la ‘familia del rosario’. La comunión espiritual permite compartir el gran tesoro acumulado por las oraciones de todos aquellos que la forman.

Para poder ‘legalizar’ esta comunión espiritual en los siglos, los dominicos obtuvieron de la Iglesia el privilegio de poder crear asociaciones para unir a los fieles, según un camino que, pedagógicamente, acoge su disponibilidad. Surge así la asociación del ‘rosario viviente’, fundada por una laica dominica francesa, Pauline Jaricot, en 1826, y aprobada por Gregorio XVI, el 27 de enero de 1832, a la que se unen todos los que se comprometen a meditar diariamente un misterio del rosario.

La «fraternidad del rosario», fundada por un padre dominico, el beato Alano de la Roche op, en 1470, y aprobada por Sixto IV, el 12 de mayo de 1479, en la que se unen todos aquellos que se empeñan en meditar un rosario entero durante la semana (o cinco misterios todos los días).

La asociación del «rosario perpetuo», fundada por el padre Timoteo Ricci op, en 1630, y aprobada por Alejandro VII, en 1656, a la que se unen quienes, perteneciendo ya a la ‘fraternidad del rosario’, quieren velar una hora en oración con María en un día y en un horario prefijado del mes.

Junto a muchísimas otras personas, que aún no perteneciendo comparten el espíritu, estas asociaciones forman la llamada ‘familia del rosario’, o Movimiento Dominico del Rosario.

Tratando de describir el movimiento, pienso que he subrayado también lo que se propone. Los fieles a menudo manifiestan el deseo de ser acompañados para crecer en la «escuela del rosario».

El movimiento asegura su asistencia material y espiritual con visitas, predicaciones, momentos de meditación y oración, materiales, formación, encuentros y congresos. «Escuela del rosario», en la que crecer para contemplar a Cristo con María, recordar a Cristo con María, aprender a Cristo con María, conformarse con Cristo con María, suplicar a Cristo con María y anunciar a Cristo con María.

--En un mundo cada vez más secularizado, ¿cómo se desarrolla la red de personas que rezan el rosario? ¿Cómo es posible que después de casi ocho siglos esta práctica no haya nunca desaparecido entre los fieles de la Iglesia? ¿Cuál es el significado de la oración del rosario hoy?

--Mauro Persici: Es verdad que según el momento cambian situaciones, medios y oportunidades pero lo que no cambia es el modo de transmitir la fe y, por tanto, tampoco de la devoción mariana y del rosario.

Ya sea visitando un sitio internet, en el ambiente familiar, la lectura de un libro o el testimonio de un amigo, o un momento ‘fuerte’ en la vida, o la visita de un lugar, algo impresiona, se abre camino y... ¡contagia!

Ya sea que parta de una costumbre o una curiosidad, de la escucha o la lectura, de un interés o una necesidad, se dibuja una presencia nunca notada, o se descubre la dulzura de un compañero de viaje al cual recurrir... tomando el rosario y desgranándolo entre los dedos, pensando.

Si luego se tiene la oportunidad de no detenerse, inevitablemente se dan pasos que llevan a encontrarse con otras personas que están viviendo la misma experiencia. ¡Cuántos grupos del rosario surgen naturalmente sólo de la buena voluntad! Preferimos prestar atención a estos grupos en estado «silvestre», para ayudarles a salir de la dimensión puramente devocional, proponiéndoles asistir a la escuela perpetua del rosario en la meditación del «evangelio según María».

Me pregunta por qué no ha desaparecido el rosario, ¿qué es lo que lo hace tan sólido? Ya he aludido antes al ‘secreto’ del rosario. Sí, porque podemos hablar de un secreto. Como subraya la «Rosarium Virginis Mariae», para la Iglesia, también al alba del III Milenio, meditar el rosario no se reduce sólo a unir padresnuestros y avemarías.

Por el contrario, desvela y nos introduce en un mundo: el de una viva fe que --frente al misterio, se interroga y se confía alegre en los brazos de la Virgen Santa, gustando la alegría de un verdadero encuentro con Jesús--, se concrete en un serio compromiso.

En otras palabras, el rosario ejemplifica, hace inteligible y ‘encarna’, compendiándola admirablemente, la actitud del fiel que, frente al hecho evangélico se deja interpelar para que, pidiendo libremente, reciba la potencia transformadora.

Todo esto se expresa bien cuando decimos que el rosario es como el «cordón umbilical» que, dentro de la Iglesia, nos une a la Virgen Santa, permitiéndonos, casi sin darnos cuenta, renacer como auténticos cristianos.

Dicho esto, para comprender el significado actual, creo que sea más que exhaustivo leer lo que, con la carta apostólica «Rosarium Virginis Mariae», el magisterio nos ha dicho al alba del tercer milenio.

--También en el mundo católico la devoción mariana se considera por algunos como una forma primitiva y popular de fe. ¿Cómo responder a estas críticas?

-- Mauro Persici: Creo que, en el mundo católico, una cierta desconfianza hacia la devoción mariana se deba a comportamientos ‘devocionistas’ que tienen muy poco que ver con la verdadera devoción mariana.

Comportamientos que merecerían un gran discernimiento aunque sólo sea para purificarlos Salvando lo que tienen de valioso, es más que necesaria una seria formación para que pueda madurar una verdadera espiritualidad mariana que sola podría reconciliar a todos sin ningún temor.

Y justo esta tarea es la que a menudo anima nuestro esfuerzo, aunque los resultados a veces dejen mucho que desear. Es más cómodo limitarse a manifestaciones devocionales que comprometerse en un serio camino con objeto de madurar una espiritualidad que sigue siendo siempre exigente. Para comprender todo esto, sería suficiente meditar el «Tratado de la verdadera devoción a María», así como los documentos del magisterio al respecto, y el primero la «Marialis cultus».

Por lo que si, por una parte, podría concordar con algunas objeciones respecto al modo como a menudo se vive la devoción mariana, por otra sin embargo no me contento con criticar sólo sino que me empeño más para que los fieles descubran y se pongan a la escucha de la tradición y del magisterio.

--¿Cuáles son las iniciativas que el movimiento que usted dirige ha querido desarrollar durante el mes mariano de octubre?

-- Mauro Persici: Las iniciativas que normalmente propongo para el mes de octubre se concretan antes. En las diversas zonas en las que actúo, ya en el mes de septiembre, se celebran jornadas en las que se convocan los «encuentros del rosario». Momentos en los que con la meditación, el compartir y la oración, invito a todos los fieles, pero de modo más apremiante a los que pertenecen al movimiento para que el siguiente mes de octubre cada uno pueda ser en su realidad una presencia significativa.

A los encuentros, normalmente siguen en el mes de octubre toda una serie de reuniones locales que, celebradas ya otras veces en el año, en este caso tratan de transmitir in situ lo que ha sido madurado comunitariamente en los encuentros.

Querría en cambio subrayar la iniciativa propuesta para el Jubileo y que todavía no se ha agotado: la «Peregrinatio Mariae». Al preparar el Jubileo, en muchas diócesis y parroquias se propusieron «Peregrinatio» que sin embargo me di cuenta que acababan siempre en las iglesias, a donde naturalmente eran invitados los fieles. Pero noté, más allá de cualquier caso esporádico, y por tiempos muy limitados, que todo se acababa allí.

Es decir, nunca se iba a las viviendas en las que, en cambio, faltando generalmente el clima de oración, había mayor necesidad. Entonces propuse a las parroquias una «Peregrinatio Mariae» en la que, tras una preparación más o menos articulada en la iglesia, la imagen de la Virgen del Rosario pasara luego una semana con las familias que desearan acogerla.

Concretamente, el domingo, al final de una de las misas, el párroco entrega públicamente la imagen a una familia que, custodiándola en casa por una semana, se compromete a encontrar cada día un momento en el que reunirse en oración.

En estos momentos de oración, se invita a privilegiar la meditación del santo rosario. Todavía hoy, recibimos los testimonios de las familias que redescubren lo más valioso que habían perdido: la comunión, la alegría y la confianza que emana de una oración compartida.

Entre otras cosas, ahora, estamos también empeñados en nuestro sitio Internet, visitado en estos años por miles de personas. El paso de los años ha hecho necesaria una seria renovación para poder prestar un buen servicio asequible y exhaustivo.

Predicador del Papa: No «reencarnación», sino «resurrección» profesa la fe cristiana

Predicador del Papa: No «reencarnación», sino «resurrección» profesa la fe cristiana

Comentario del padre Cantalamessa a la conmemoración de todos los fieles difuntos


ROMA, jueves, 1 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. --predicador de la Casa Pontificia-- a la liturgia de la conmemoración de todos los fieles difuntos, 2 de noviembre.

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Conmemoración de todos los fieles difuntos
Sabiduría 3, 1-9; Apocalipsis 21, 1-5.6-7; Mateo 5, 1-12

Enséñanos a contar nuestros días

La conmemoración de los fieles difuntos es la ocasión para una reflexión existencial sobre la muerte. En la Escritura leemos esta solemne declaración: «No fue Dios quien hizo la muerte ni se recrea en la destrucción de los vivientes... Dios creó al hombre para la inmortalidad; le hizo imagen de su misma naturaleza; mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo» (Sb 1, 13-15. 2, 23-24). Comprendemos de ahí por qué la muerte suscita en nosotros tanta repulsión. El motivo es que ésta no nos es «natural»; así como la experimentamos en el presente orden de las cosas, hay algo ajeno a nuestra naturaleza, fruto de la «envidia del diablo». Por eso luchamos contra ella con todas nuestras fuerzas. Este insuprimible rechazo nuestro hacia la muerte es la mejor prueba de que no hemos sido hechos para ella y de que no puede tener la última palabra. Precisamente sobre esto nos aseguran las palabras de la primera lectura de la Misa: «Las almas de los justos están en las manos de Dios y no les alcanzará tormento alguno».

El temor a la muerte es conflicto en lo más profundo de todo ser humano. Hay quien ha querido reconducir toda actividad humana al instinto sexual y explicar todo con él, también el arte y la religión. Pero más poderoso que el instinto sexual es el del rechazo a la muerte, del que la propia sexualidad no es sino una manifestación. Si se pudiera oír el grito silencioso que brota de la humanidad entera, se oiría un bramido tremendo: «¡No quiero morir!».

¿Por qué, entonces, invitar a los hombres a pensar en la muerte, si ya está tan presente? Es sencillo. Porque nosotros, los hombres, hemos elegido suprimir el pensamiento de la muerte. Fingir que no existe, o que existe sólo para los demás, no para nosotros. Hacemos proyectos, corremos, nos exasperamos por nada, como si en cierto momento no tuviéramos que dejar todo y partir.

Pero el pensamiento de la muerte no se deja arrinconar o suprimir con estas pequeñas tretas. Así que no queda más que reprimirlo o huir de su gravedad con paliativos. Los hombres nunca han dejado de buscar remedios a la muerte. Uno de estos se llama la prole: sobrevivir en los hijos. Otro es la fama. En nuestros días se va difundiendo un pseudo-remedio: la doctrina de la reencarnación. La doctrina de la reencarnación es incompatible con la fe cristiana, que en su lugar profesa la resurrección de la muerte. «Está establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio» (Hb 9,27). La forma en que se propone entre nosotros, en Occidente, la reencarnación es fruto, entre otras cosas, de un gigantesco equívoco. En su origen la reencarnación no significa un suplemento de vida, sino de sufrimiento; no es motivo de consuelo, sino de terror. Con ella se viene a decir al hombre: «¡Ten cuidado, que si haces el mal, tendrás que renacer para expiarlo!». Es como decir a un encarcelado, al final de su detención, que su pena se ha prolongado y todo debe empezar de nuevo.

El cristianismo tiene algo bien distinto que ofrecer sobre el problema de la muerte. Anuncia que «uno ha muerto por todos», que la muerte ha sido vencida; ya no es un abismo que engulle todo, sino un puente que lleva a la otra vida, la de la eternidad. Y, con todo, reflexionar sobre la muerte hace bien también a los creyentes. Ayuda sobre todo a vivir mejor. ¿Estás angustiado por problemas, dificultades, conflictos? Ve hacia delante, contempla estas cosas como te parecerán en el momento de la muerte y verás cómo se redimensionan. No se cae en la resignación ni en la inactividad; al contrario, se hacen más cosas y se hacen mejor, porque se está más sereno y más desprendido. Contando nuestros días, dice un salmo, se llega «a la sabiduría del corazón» (Sal 89, 12).

[Traducción del original italiano realizada por Zenit]

lunes, 29 de octubre de 2007

Apoyo a la Casa Simón de Betania

Hola,
Recibí el día de hoy un correo un amigo, contándome de su servicio para apoyar a la Casa Simón de Betania, como podrán ver abajo, esta casa está realizando una importante labor y tiene necesidades económicas muy importantes, anexo la información para que conozcamos más de esta Casa, seguramente, aunque sea con poquito, podemos ayudarles, lo haga, Dios se los pagará¡
Para ver la imagen más grande, haz clic en cada una de ellas.