Esto que voy a platicar es basado en la homilía del pasado jueves, día que celebramos la solemnidad de Corpus Christi, El Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo.
El titulo del post, viene a cuento porque es una frase que podemos leer y escuchar en casi todos los anuncios de comida, cualquiera diría, ¿Pués que no es lógico que tenemos que comer sanamente? si volteamos a nuestro alrededor y vemos que al menos en México, 3 de cada 4 personas tienen sobrepeso, que la diabétes crece a ritmo acelerado, evidentemente no,
¿Qué sucede?
hoy estamos acostumbrados a comer cualquier cosa, el ritmo de vida que tomamos, las múltiples actividades que tenemos, nos hacen que le dediquemos muy poco tiempo a la comida, o al menos, muy poco tiempo a preparar comida sana, estamos acostumbrados a comer comida chatarra y por eso, todos los fabricantes de ese tipo de comida, ponen la leyenda: Alimentate sanamente, come frutas y verduras, como una forma de decir, esto es chatarra, pero te recomendamos que además de esto, comas cosas nutritivas.
¿Y qué tiene esto que ver con nuestra vida espiritual?
Pues, básicamente, que nosotros debemos alimentarnos de 3 formas: físicamente, intelectualmente y espiritualmente, sin embargo, es fácil que los hábitos que estamos adoptando para nuestra comida "física", se vayan permeando a nuestra "comida" intelectual y espiritual.
Es decir, nos estamos llenando de "comida" chatarra en todos los niveles, intelectualmente, nos alimentamos a través de nuestros sentidos, y la pregunta es: ¿Qué alimento recibimos por nuestros sentidos hoy en día? que cosas:
- Leemos
- Escuchamos
- Vemos?
así como los frutos de nuestra alimentación saltan a la vista con la obesidad y las enfermedades relacionadas, es fácil ver los frutos de esa alimentación chatarra a nivel intelectual, estamos inundados de programas de televisión, música, películas, revistas, libros, páginas de internet, etc. que constantemente nos bombardean con mensajes faltos de moral, que nos alejan de Dios, que nos llevan a creer que somos autosuficientes, que no necesitamos de Dios y mucho menos de nuestros semejantes, mensajes que dicen que cosas como el respeto, el matrimonio, el amor para toda la vida son cosas pasadas de moda e inútiles en el mundo de hoy.
Dos resultados palpables de que las personas que no se alimentan adecuadamente, es que se vuelven violentas y egoístas, 2 características que podemos ver en forma cotidiana en nuestra sociedad.
La palabra nos dice: Tus ojos son la lámpara del cuerpo; si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo tendrá luz, pero si son malos, tu cuerpo estará en la oscuridad. Lc 11, 34.
¿Qué es lo que hay en nuestros ojos, Luz u oscuridad?
Y si esto es a nivel intelectual, ¿Qué podemos esperar a nivel espiritual?
Espiritualmente, nuestro alimento está en la oración, en la Palabra de Dios y en los sacramentos, fundamentalmente en la Eucaristía,y aqui la pregunta es ¿Estamos alimentándonos de la gracia de Dios? ¿Estamos acudiendo cotidianamente a la Eucaristía?
Cuando eramos niños, a veces llegabamos a la casa y no queríamos comer, porque en la escuela ya nos habíamos comido unas papitas, dulces o un refresco, y ahora nos pasa algo similar, cómo voy a querer comer el Pan que dá la Vida Jn 6, 35 si ya llené mi espíritu de chatarra?
Ya lo dice San Pablo en su carta a los Corintios:
"Los que se preparan para competir en un deporte, evitan todo lo que pueda hacerles daño. Y esto lo hacen por alcanzar como premio una corona que en seguida se marchita; en cambio, nosotros luchamos por recibir un premio que no se marchita"
Tenemos que ir fortaleciendo nuestra voluntad, tenemos que ir aprendiendo a dominar nuestro cuerpo y nuestras pasiones, para que podamos ser fuertes y evitar, todo aquello que pueda hacernos daño, el atleta que no lo hace pierde la gloria de la competencia, pero hermanos, si nosotros no lo hacemos, ponemos en riesgo la Gloria Eterna.
En nuestras manos está, por eso, Aliméntate Sanamente, acercate a la reconciliación, acude al banquete precioso que nos regala Dios en la Eucaristía, acercáte a la Palabra de Dios, persevera en la oración y verás que Dios nos premiará, no al momento de nuestra muerte, sino desde este instante con la Vida en Abundancia que nos prometió en el Evangelio de San Juan (Jn 10, 10)
Dios te bendice¡¡