viernes, 1 de octubre de 2010

Y tú ¿Cómo tomas tus decisiones?

Durante toda nuestra vida, tomamos muchisimas decisiones, algunas sencillas y cotidianas, otras trascendentales y que pueden cambiar nuestra vida, pero alguna vez te haz preguntado, ¿Cómo tomas tus decisiones?
Evidentemente no es lo mismo decidir que marca de shampoo comprar, que película ver o que libro leer, que decidir que carrera estudiar, con quien casarte o cuál es el mejor empleo para ti.

En nuestra vida, continuamente se nos presentan ocasiones de tomar decisiones, y si bien en las más triviales, es relativamente igual una decisión que otra, en los aspectos fundamentales de nuestra vida, la cosa cambia.

En muchas ocasiones en nuestra vida, nos vamos a encontrar con que tomamos malas decisiones, decisiones que ha cambiado lo que hubieramos podido ser o el camino que seguimos en la vida y es por eso que hoy te invito a que en todas tus decisiones importantes, hagas siempre parte a Dios.

En su momento, ¿Le preguntaste a Dios si esa carrera que estudiaste, era la mejor para ti, para poder llevar a su máxima expresión los dones que Él te dió? Antes de casarse, ¿Consultaron al Señor si esa persona que eligieron, era la mejor para alcanzar la vida en abundancia mediante el matrimonio? ¿Y cuando compraste una casa? Cuando elegiste el colegio para tus hijos? ¿Cuando elegiste tu trabajo?

Normalmente, la respuesta es NO¡

Usualmente, estamos acostumbrados a separar a Dios de nuestra vida cotidiana, pensamos: Dios está en el templo, pero en mi casa decido yo.

Y el hacer a Dios ajeno a nuestra vida, es arriesgarnos a tomar decisiones equivocadas en cosas trascendentales para nuestra vida, y es por eso que muchas veces vamos por la vida arrastrando las consecuencias de malas decisiones que nos alejan de la felicidad.

Y con esto, puede surgir una duda, ¿Cómo le hago para que Dios me ayude en mis decisiones? ¿En que parte de la Biblia dice con quien casarme o que estudiar o en donde vivir?

La respuesta para esto, la podemos encontrar mediante tres cosas que deben ser FUNDAMENTALES en nuestra vida:

  • Sacramentos
  • Oración
  • Lectura de la Palabra

Si nos mantenemos fieles a estos tres pilares, iremos viendo como Dios nos ilumina en nuestras decisiones, cómo nos ayuda a saber que camino elegir e incluso, muchas veces, nos ayuda a enmendar el camino por las decisiones que tomamos antes.

Te voy a compartir un ejemplo de como esto nos ayuda en nuestras decisiones:

Mi esposa y yo formamos parte de Vivir en Cristo, un movimiento que busca formar familias cristianas y en el cual, tenemos 6 años de participar:
En este movimiento, hay una pareja que funge como coordinador de una célula, y tiene a su cargo la formación de varias parejas de matrimonios, por lo que, es un compromiso muy importante ser coordinador de una célula, pues implica una gran responsabilidad.
Cuando estabamos en 3er año, se abre la posibilidad de iniciar una nueva célula como coordinadores, junto con varios matrimonios que estabamos en el mismo nivel.
Tomamos un curso de preparación y teníamos las ganas de hacerlo, sin embargo, teníamos también muchas dudas: Sería realmente lo que el Señor quería de nosotros? Estaríamos a la altura de lo que ser un coordinador implica?

Cuando estabamos en la última sesión del curso, y todavía dudando que hacer, mientras estabamos en oración, mi esposa abrió la Biblia en una cita que nos animó bastante: sirácides 2,1-6, que dice:

Si te has decidido a servir al Señor, prepárate para la prueba.
Conserva recto tu corazón y sé decidido, no te pongas nervioso cuando vengan las dificultades.

Apégate al Señor, no te apartes de él; si actúas así, arribarás a buen puerto al final de tus días.
Acepta todo lo que te pase y sé paciente cuando te halles botado en el suelo.

Porque así como el oro se purifica en el fuego, así también los que agradan a Dios pasan por el crisol de la humillación.
Confía en él y te cuidará; sigue el camino recto y espera en él.


Para nosotros, esa fue una buena indicación de que estabamos siguiendo un camino correcto, pero eso no fué lo único, cuando terminamos de hacer oración y estabamos en la parte final del curso, varias parejas de coordinadores que ya tenían más tiempo en el movimiento, dieron su testimonio sobre como fue que decidieron ser coordinadores de célula y nos platicaron que ellos tenían muchas discusiones sobre si ser o no coordinadores, ya que uno decía que si y el otro que no, y que lo que los convenció de que era su camino, fue una cita que encontraron: Siracides 2, 1-6 ¡¡
Así que, cuando escuchamos esto, nos convencimos totalmente que era una decisión correcta, y hoy, que estamos iniciando nuestro segunda célula como coordinadores y después de haber terminado la formación con la primera, puedo decir que fue lo mejor que pudimos hacer, pues el Señor nos ha hecho crecer y aprender de una forma que sin ser coordinadores nunca hubieramos podido hacer, nos ha llenado de bendiciones y nos ha dado muchisimos amigos.


Así que, te invito a acercarte a estos 3 regalos que Dios nos hace y que invites al Señor a formar parte integral de tu vida, en todos los aspectos que te forman y no lo dejes como una simple parte más en las cosas que haces, y sobre todo, siempre invitalo a que te ayude a tomar tus decisiones.

Octavio Hernández

¿Qué más podemos decir? ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros!