Eres Futbolista profesional y estás en el partido más importante de tu vida,
enfrente tienen un equipo mañoso, que no juega el mejor fútbol, pero que
hará lo imposible por evitar que ganen, sin embargo, la opinión de los
expertos es que tu equipo ganará fácilmente, es más, practicamente dicen que
es un partido ganado.
Empieza el partido, tu eres mediocampista y tu trabajo es ayudar a evitar
que les metan goles y hacer que tu equipo pueda anotar, pero en una jugada,
de pronto e inexplicablemente, el portero de tu equipo se lanza a tratar de
meter gol, pierde la bola y tómala, les meten el primero.
Sigue el partido y el equipo rival tiene la pelota, están atacando, te
acercas a tratar de quitarles el balón, cuando te acercas, el que trae la
pelota le manda un pase a un atacante, volteas para ver quien llega, y te
das cuenta de que uno de los defensas está a un lado del campo, tomando
agua, otro está junto a las gradas, firmando autográfos, otro más, está
jugando con lo que desde lejos te parece una raqueta de tenis, resultado:
Les meten el segundo.
Avanza el partido y en una jugada, robas el balón, vas eludiendo contrarios
y te acercas a la portería rival, te caen a la marca no uno, ni dos, sino
tres defensas rivales, que por cubrirte, dejan solo el centro del área, todo
está puesto, simplemente con poner el balón en el área, cualquiera de los
delanteros de tu equipo quedará solo contra el portero, pero al levantar la
cabeza para lanzar el pase, descubres que los delanteros de tu equipo no
corrieron junto contigo y están parados en la media cancha viendo al cielo
porque parece que va a llover, en ese momento te caen los defensas, te
quitan la pelota y lanzan un contragolpe que termina en otro gol para el
equipo rival.
Afortunadamente, el arbitro pita en ese momento el final del primer tiempo,
van perdiendo tres a cero y nadie se explica como es que en un partido que
parecía tan sencillo, todo el mundo dejó de hacer lo que le tocaba y las
consecuencias se notan en el marcador, increible, pero hoy han fallado
todos, sabes que tu portero es un super portero, pero hoy decidió lanzarse a
buscar un gol, tus defensas son muy confiables, pero hoy estaban distraidos
con lo que tenían a su alrededor, tus delanteros son goleadores, pero hoy,
no hicieron el esfuerzo de correr.
Te lo imaginaste?? Bueno, algo así me imaginé hoy al reflexionar la lectura
del día de hoy, (1 Pe 4, 7 -13), en donde San Pedro nos dice:
"Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de
ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido." 1 Pe 4, 10
Este sencillo ejemplo de lo que pasa en este partido imaginario de fútbol,
creo que es similar a lo que está pasando en nosotros como Cristianos, pues
cada uno de nosotros ha recibido de Dios dones especificos y especiales,
cada uno tan importante y necesario en el plan de Dios como el otro.
Sin embargo, en este partido tan importante, en el que está en juego
no un campeonato, sino nuestra salvación y el cumplimiento del plan
magnífico de Dios, continuamente dejamos de hacer todo aquellos para
lo que Dios nos puso en la cancha.
Es fácil sentir que no hay presente en nosotros nada extraordinario, es
fácil pensar que todos somos iguales y que si yo hago esto o lo otro no voy
a hacer ninguna diferencia, sin embargo, creanme que cada uno tiene su
parte y si nos mantenemos constantes en la oración, en la lectura de
la palabra y en los sacramentos, Dios nos permitirá saber en nuestro
corazón, lo que nos ha dado y lo que espera de cada uno de nosotros,
por eso, como dice una canción: Que cada uno con lo que ha recibido lo
ponga al servicio de los demas, los dones no son para esconderlos,
sino para servir estan.