viernes, 21 de septiembre de 2007

10 mentiras sobre la demanda contra el cardenal Rivera por encubrir a un sacerdote

MÉXICO jueves, 20 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Publicamos el documento «10 mentiras sobre la demanda contra el cardenal Norberto Rivera en Los Ángeles» publicado por el semanario «Desde la fe» de la arquidiócesis primada de México.

* * *

Mentira 1: El cardenal Norberto Rivera Carrera fue demandado penalmente en la Corte Superior de Los Ángeles, California, por encubrir la conducta delictiva del P. Nicolás Aguilar Rivera, y por esa razón puede ir a la cárcel.

Respuesta:
Lo primero y más importante que debemos señalar es que el cardenal Norberto Rivera Carrera nunca encubrió al P. Nicolás Aguilar. Mientras fue Obispo de Tehuacán (Puebla) jamás recibió, en contra del P. Nicolás Aguilar, acusación alguna relacionada con abusos a menores de edad. De lo único que Mons. Rivera se enteró fue de una agresión perpetrada por un muchacho en el año de 1986, en contra del P. Aguilar, de lo cual se le advirtió a la Arquidiócesis de Los Ángeles que recibió al padre Nicolás Aguilar para trabajar un año.

En segundo lugar, es FALSO que el cardenal Norberto Rivera Carrera haya sido demandado penalmente. La demanda interpuesta en Los Ángeles, California, es de carácter CIVIL, y el presunto daño se repara económicamente, no con pena de cárcel.

Mentira 2. Al demandarlo civilmente, la supuesta víctima, Joaquín Aguilar, sólo está buscando la justicia y no tiene ningún interés económico.

Respuesta:
FALSO. La mayor parte de las demandas civiles interpuestas en los Estados Unidos de América pretenden obtener un jugoso recurso ECONÓMICO: el 95% de este tipo de querellas son ganadas por los demandantes. ES UN NEGOCIO SEGURO. Y es que el juicio civil en los Estados Unidos, en comparación con un juicio penal, no tiene el rigor de exigencia en cuanto a las pruebas. Es más una decisión sentimental del jurado, que una determinación objetiva.

Mentira 3. Los abogados de Joaquín Aguilar y la asociación SNAP no lucran con el dolor de las víctimas. Su lucha es desinteresada.

Respuesta:
FALSO. Los abogados que llevan estos casos en Estados Unidos contra la Iglesia Católica ganan la alta suma del 40% de las indemnizaciones obtenidas en los juicios. Es un NEGOCIAZO, pues reditúa aún más que invertir en la bolsa de valores y por eso, en los últimos días, varios bufetes norteamericanos se han asociado al caso de Joaquín Aguilar con la finalidad de ser partícipes de las jugosas ganancias que piensan obtener de este juicio contra el cardenal Rivera Carrera.

Mentira 4. El cardenal Rivera es culpable y debe pagar por ello.

Respuesta.
FALSO. Cuando sucedió el supuesto abuso del P. Nicolás Aguilar contra Joaquín Aguilar, monseñor Norberto Rivera era Obispo de Tehuacán; es decir, aún no era Arzobispo de México y por lo tanto no se le puede imputar responsabilidad de un sacerdote ni de lo acontecido en una diócesis que no estaban bajo su autoridad episcopal.

Mentira 5. El Sr. Joaquín Aguilar puso la demanda civil contra el cardenal Rivera Carrera en la Corte de Los Ángeles porque en México la justicia está corrompida y a él no se le hizo justicia.

Respuesta.
FALSO. La demanda penal interpuesta por Joaquín Aguilar en el Distrito Federal en contra del P. Nicolás Aguilar, se llevó a cabo conforme a derecho y de forma expedita tal como consta en la Averiguación Previa. El Sr. Joaquín Aguilar no ganó la demanda, simplemente porque jamás pudo comprobar que fue violado.

Debemos señalar que el verdadero motivo por el que Joaquín Aguilar presentó la demanda en Los Ángeles fue por el jugoso negocio que representa el hecho de interponer en Estados Unidos una demanda civil. Estamos hablando de ¡millones de dólares!, y esas ganancias jamás las podría obtener en México.

Mentira 6. La declaración del cardenal Rivera Carrera no fue voluntaria, sino que lo obligó a ello el juez de Los Ángeles, California.

Respuesta.
FALSO. Ningún juez del mundo tiene la posibilidad de venir a territorio mexicano a cumplir con un proceso judicial que se sigue en su país. Eso sería una inaceptable violación de nuestra soberanía nacional. El cardenal Rivera Carrera aceptó, en acuerdo con los abogados de su acusador, acceder de manera voluntaria a la larga entrevista que le hicieron con la finalidad de demostrar que no está ocultando nada y que siempre estará dispuesto a colaborar con la justicia.

Mentira 7. Los cardenales Rivera Carrera y Roger Mahony se están peleando y contradiciendo entre sí, a fin de salvarse de las acusaciones.

Respuesta.
FALSO. Dos cardenales jamás se atacan. Ciertamente en este caso hay dos posturas distintas, pero nunca el cardenal Rivera ha atacado al cardenal Mahony, y nunca el cardenal Mahony ha descalificado al cardenal Rivera.

Mentira 8. El cardenal Rivera Carrera no ha hecho nada por proteger a los niños de los malos sacerdotes.

Respuesta.
FALSO. La Arquidiócesis de México, que gobierna el cardenal Rivera Carrera, tiene un programa preventivo para proteger a las posibles víctimas inocentes de los malos sacerdotes, y, nadie como él, ha sido contundente en la condena de estos crímenes al pedir a los fieles laicos que denuncien a los malos sacerdotes ante las autoridades civiles y las eclesiásticas de las diócesis correspondientes.

Mentira 9. En México existen miles de casos de sacerdotes abusadores, tal como ha sucedido en los Estados Unidos.

Respuesta.
FALSO. No se puede comparar la situación de ambos países. Son dos realidades totalmente distintas, dos culturas diversas y dos maneras diferentes de vivir la experiencia eclesial. Gracias a Dios, en México se han dado hechos aislados y los malos sacerdotes, o han sido expulsados del estado clerical, o están pagando sus delitos en la cárcel, que es el lugar donde deben estar.

Mentira 10. La Iglesia es rica. Lo han demostrado las diócesis de Estados Unidos que han pagado sumas millonarias a las presuntas víctimas.

Respuesta.
FALSO. La Iglesia en México no es rica, pues con grandes dificultades cubre sus necesidades más apremiantes. Las sumas millonarias que han pagado las diócesis norteamericanas han afectado gravemente su labor pastoral: la atención a los más pobres, la ayuda a los mexicanos inmigrantes y muchos programas caritativos y de bienestar social para los creyentes y a favor de ancianos, mujeres y niños de la calle.

La Santa Sede prepara un congreso mundial sobre la mujer

Para celebrar los veinte años de la carta de Juan Pablo II «Mulieris Dignitatem»


ROMA, jueves, 20 septiembre 2007 (ZENIT.org).- «Mujer y varón, la totalidad de los humano». Así se titula el gran congreso que el Consejo Pontificio para los Laicos está preparando para celebrar los veinte años de la carta apostólica de Juan Pablo II «Mulieris Dignitatem» (1988-2008).

El encuentro tendrá lugar en Roma del 7 al 9 de febrero y está siendo organizado por la doctora Rocío Figueroa, encargada del sector mujer de dicho dicasterio romano presidido por monseñor Stanislaw Rylko.

«Hemos querido que vengan mujeres de los cinco continentes --explica Figueroa a Zenit--, vendrá una delegada por conferencia episcopal y estarán representantes y lideres de asociaciones católicas que promueven a la mujer en la iglesia y distintos movimientos y nuevas comunidades. También habrá mujeres académicas que reflexionan sobre el tema de la mujer como teólogas, filósofas y psicólogas».

El congreso contará con la participación de 250 personas --por invitación-- y tendrá como telón de fondo la carta de Juan Pablo II: «Esta carta apostólica es una piedra millar en el magisterio pontificio, es la primera vez que un documento pontificio habla específicamente sobre el tema de la mujer».

El programa, cuyos ponentes todavía no se han anunciado, iniciará con un balance de la carta «Mulieris Dignitatem» y proseguirá con una conferencia sobre «Jesús de Nazaret, María y las mujeres en el Evangelio y en la comunidad primitiva».

Seguirá un panel sobre «cristianismo y promoción de la mujer» y una conferencia sobre antropología y distintos debates en los que se afrontará la promoción de la dignidad de la mujer en Asia, el papel de la mujer en la transmisión de la fe en África, la tutela de la dignidad de la mujer en la sociedad tecnológica y consumista (América del Norte) y la formación integral de la mujer (América Latina).

«Uno de los objetivos será el de profundizar en los nuevos paradigmas culturales como la reducción de la feminidad a objeto de consumo, la ideología de género o el rechazo de la maternidad y la familia, además de la mujer en el mundo del trabajo» añade Figueroa, que es doctora en cristología por la Pontificia Universidad Gregoriana.

Figueroa recuerda a Zenit que Benedicto XVI también ha manifestado en diversas ocasiones el aprecio de la Iglesia por la contribución de la mujer: «Basta citar la catequesis en la audiencia general del 14 de febrero de 2007, dedicada precisamente a la mujer y a su responsabilidad eclesial desde las primeras comunidades cristianas hasta hoy».

En el corazón de la ciudad, un oasis de espiritualidad

En el histórico Convento de Santa Catalina de Siena de Buenos Aires


BUENOS AIRES, jueves, 20 septiembre 2007 (ZENIT.org).- En el microcentro de Buenos Aires, Argentina, desde 2001, los apresurados viandantes pueden detenerse en un remanso de paz, creado en una parte del un edificio con solera en el país, el Convento de Santa Catalina de Siena.

El horario diario está muy pensado para quienes pasan por sus puertas, de lunes a viernes, en medio del ajetreo diario: distribución de la comunión varias veces en la jornada, celebración de la eucaristía a las 13 horas; el domingo en cambio, dos eucaristías a horas asequibles para todos.

«Todo lo que hacemos está pensado para la gente que trabaja», informa a Zenit Camila Picchiello, del equipo de Santa Catalina

El Centro de Atención Espiritual (www.santacatalina.org.ar) ofrece otras actividades permanentes como talleres de oración, charlas, celebración de la unión de los enfermos, bendición de madres embarazadas, o misas en días especiales.EPTIEMBRE

Entre las actividades no diarias están disponibles talleres de Biblia y de Teodanza; rezo del Rosario, adoración eucarística, visitas guiadas al Convento.

Santa Catalina, monumento histórico nacional de Argentina, fundado en 1745, fue en sus orígenes un Monasterio y una iglesia de monjas dominicas contemplativas de clausura.

Hace treinta años fue legado al Arzobispado de Buenos Aires. En 2001, el Monasterio fue renovado con el fin de ponerlo al servicio de su nueva misión: dar una respuesta a las necesidades espirituales de las personas que trabajan en el microcentro porteño, sin exclusiones.

Hoy Santa Catalina atiende a quienes se acercan en busca de una escucha personalizada, contando para ello con un cualificado grupo de sacerdotes y laicos especializados en el acompañamiento espiritual, servicios de asesoría jurídica, de orientación laboral y de acompañamiento en el duelo.

Desde su identidad católica, además de ofrecer talleres y seminarios sobre temas religiosos, cultiva el camino espiritual de la belleza mediante la promoción del canto, la música, la danza, las artes visuales y la restauración de pinturas e imágenes.

El desafío de los arquitectos que remozaron el histórico edificio para adecuarlo a su uso actual fue ser lo más fieles posible a los planos trazados por el hermano Andrés Bianchi, arquitecto italiano de la Compañía de Jesús que también diseñó la remodelación de otros edificios emblemáticos en Argentina.

El Centro pretende atender las necesidades de la gente sin proponer una espiritualidad específica integrando la música, la expresión corporal, las artes plásticas y hasta la poesía y el cine.

Está a cargo del sacerdote Rafael Braun, que trabaja desde las 8 a.m. hasta las 8 p.m. en la iglesia aledaña al Centro. El cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, nombró a Braun rector de la iglesia Santa Catalina de Siena.

El padre Braun explicó recientemente que el nuevo centro busca salir al paso de las necesidades espirituales de la gente que trabaja todos los días en la zona más céntrica de la ciudad. «No proponemos una forma determinada de vivir la espiritualidad, sino estar atentos a las necesidades de las personas y suplirlas», comentó el sacerdote, indicando que el error de algunas organizaciones religiosas es «vender» un determinado «producto o propuesta» en lugar de atender las necesidades reales de las personas.

Tiene su misión clara: «Servir, acompañar y sostener a los hombres en su camino espiritual. Ser un centro de acogida y de espiritualidad».

Para Braun, la palabra espiritualidad «hace referencia a cómo disciplinar la energía creadora, el eros o deseo que llevamos adentro, sabiendo que la fuente del deseo es la presencia del Espíritu Santo en nosotros».

La idea del cardenal Bergoglio cuando le pidió este servicio era, según relata el sacerdote, «estar al frente de una parroquia del microcentro para poder asesorar a la gente que trabaja allí».

«A partir de ahí --añade-- elaboré el concepto de atención espiritual. Las personas que trabajan en el microcentro, en general, no encuentran en las parroquias servicios adecuados a sus horarios, y se quejan de que las iglesias están cerradas. Entonces, lo primero que hicimos fue abrir la iglesia y la secretaría de 8 a 20».

La propuesta novedosa incluye la invitación a diversas familias espirituales (franciscanos, benedictinos) a participar, y a laicos especializados para que colaboren en el acompañamiento. «Eso es lo original y estoy convencido de que a la gente le interesan las riquezas y los dones que pueden ofrecer las distintas espiritualidades», comenta.

Surge la cuestión de si las personas pasan por allí buscan o no el encuentro con Dios. La respuesta del rector es transparente: «Creo que están muy abiertas a ser recibidas y protegidas sin condiciones; no tanto a que les pregunten si creen o no en Dios. Quieren compartir sus problemas. Pero detrás de eso se nota una búsqueda».

El acompañamiento que se ofrece en el centro tiene varios niveles y está a cargo de personas religiosas y laicos especializados. «Queremos tener un servicio de guardia y otro de consultorio. Trataremos de ofrecer una atención individual, personalizada, y a su vez contar con sacerdotes y laicos preparados que estén disponibles para quien se acerque sin turno», concluye.

Una red para evangelizar por Internet

La Red Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL)


TEGUCIGALPA, jueves, 20 septiembre 2007 (ZENIT.org-Aica).- La idea de potenciar la evangelización mediante el uso de Internet toma fuerza entre los participantes de la X Reunión de la Red Informática de América Latina (RIIAL), que se celebra en Valle de Ángeles, en las cercanías de Tegucigalpa, Honduras.

«La Iglesia debe usar el Internet sin ningún temor, la web nos da una gran oportunidad para evangelizar, millones de personas pueden conocer a Jesús por la red», explicó a la prensa el cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, quien acoge este acto.

El purpurado hondureño estimó que «no sería extraño que a través del mundo digital podremos orar junto al Papa, participar en sus misas, en las celebraciones de la palabra, las catequesis y hasta hacer las confesiones».

En tanto, monseñor Héctor Gutiérrez Pabón, obispo de Engativá y presidente del Departamento de Comunicación del CELAM, alentó a los asistentes a «continuar en este trabajo evangelizador a través de la red informática», porque «la tarea es difícil y presenta grandes desafíos, porque tenemos que llevar una palabra a un mundo que no quiere escuchar, que está encerrado en sí mismo, que no busca la trascendencia».

«Sin embargo contamos con la fuerza del Espíritu Santo que nos anima a superar las dificultades y nos ilumina para buscar los mejores mecanismos y caminos para cumplir la misión de proclamar el evangelio a todas las gentes, haciendo discípulos y misioneros de Jesucristo, como lo pide Aparecida», recordó.

Mientras que este jueves se comenzó a trabajar en el borrador de las conclusiones a presentar este viernes al cierre de las deliberaciones, el miércoles se presentaron los programas y proyectos del Departamento de Comunicación, haciendo especial énfasis en lo que respecta a la sección de Cultura Digital y RIIAL.

La presentación estuvo a cargo del padre Carlos Arturo Quintero, secretario ejecutivo del Departamento, quien hizo hincapié en el acompañamiento que desde el CELAM se tiene previsto para las actividades en la red y las coordinaciones que se tienen que realizar con los coordinadores del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales.

Otros temas tratados en este tercer día de la X Reunión Continental de la RIIAL fueron el software libre, presentado por Julio Cumplido de México y el padre Carlos Arturo Quintero, de Colombia (CELAM); Vida Consagrada en la RIIAL.

Más información en www.riial.org

Indispensable la coherencia de los cristianos también en la política, advierte el Papa

Al recibir a miembros de la Internacional Democrática de Centro y Demócrata


CASTEL GANDOLFO, viernes, 21 septiembre 2007 (ZENIT.org).- La coherencia de los cristianos es «indispensable también en la vida política» para servir «a la grande y noble causa del hombre y del bien común», hoy en jaque por distintos factores, advierte Benedicto XVI.

Escucharon las palabras del Papa doscientos representantes, procedentes de numerosas naciones, que participan en el encuentro promovido en Roma por la Internacional Democrática de Centro y Demócrata Cristiana (IDC).

En la audiencia, el Santo Padre apuntó valores «forjados o profundizados de manera decisiva por la tradición cristiana en Europa y en el mundo entero», consciente de que los políticos allí presentes comparten «no pocos de sus principios».

«Por ejemplo la centralidad de la persona y del respeto de los derechos humanos, el compromiso por la paz y la promoción de la justicia para todos», «principios fundamentales que están relacionados entre sí», apuntó.

Con todo, la actividad de estos políticos, «que se inspira en tales principios, se hace hoy más difícil todavía por el clima de profundos cambios que viven nuestras comunidades», reconoció el Papa.

Por ejemplo, en el campo económico se «identifica el bien con el beneficio»; se dice que «la razón humana es incapaz de captar la verdad y, por lo tanto, de perseguir el bien que corresponde a la dignidad de la persona»; se considera legítima «la eliminación de la vida humana en su fase prenatal o en la terminal»; y es «preocupante» «la crisis de la familia, célula fundamental de la sociedad fundada en el matrimonio indisoluble de un hombre y de una mujer», alertó el Papa.

Pero «la experiencia demuestra --recordó-- que cuando la verdad del hombre es ultrajada, cuando la familia se mina en sus fundamentos, la paz misma está amenazada, el derecho corre peligro de verse comprometido y, como consecuencia lógica, se va hacia injusticias y violencias».

Benedicto XVI también reclamó, en cuanto a la libertad religiosa, su garantía no sólo jurídica, sino también en la práctica diaria.

Y es que «la apertura a la trascendencia» es «garantía indispensable para la dignidad humana porque existen anhelos y exigencias del corazón de cada persona que sólo en Dios encuentran compresión y respuesta», subrayó.

«¡No se puede por lo tanto excluir a Dios del horizonte del hombre y de la historia! --manifestó--. He aquí por qué hay que acoger el deseo común a todas las tradiciones auténticamente religiosas de mostrar públicamente la propia identidad, sin estar obligados a esconderla o mimetizarla».

«El respeto de la religión contribuye, además, a desmentir el repetido reproche de haber olvidado a Dios, con el que algunas redes terroristas intentan justificar sus amenazas», observó, recalcando asimismo la necesidad de combatir este violento flagelo «siempre en el pleno respeto de las reglas morales y jurídicas».

Trazado este panorama, el Papa alertó de que la coherencia de los cristianos es «indispensable también en la vida política, para que la “sal” del compromiso apostólico no pierda su “sabor”, y la “luz” de los ideales evangélicos no sea oscurecida en su acción cotidiana».

Y alentó a los presentes, políticos de inspiración cristiana, «a proseguir en el esfuerzo de servir el bien común, actuando para que no se difundan ni se refuercen ideologías que pueden oscurecer o confundir las conciencias y transmitir una ilusoria visión de la verdad y del bien».

El cardenal Bergoglio denuncia que se descarta a los niños y ancianos

BUENOS AIRES, viernes, 21 septiembre 2007 (ZENIT.org-Aica).- El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio, criticó que «en la civilización del descarte, lo que sobra son los niños y los ancianos».

Ahora bien, «un pueblo no tiene futuro sin niños que lo construyan y sin la sabiduría de los ancianos», advirtió el purpurado al clausurar este jueves en el Colegio San Francisco de Sales el VIII Encuentro Arquidiocesano de Niñez y Adolescencia «De habitantes a ciudadanos: el desafío de la búsqueda del bien común y la equidad».

El cardenal aseguró que «dentro de la cultura de la muerte, antes se hablaba de oprimidos y opresores, luego de excluidos e incluidos, pero estas categorías ya no nos alcanzan, hoy debemos hablar de los que caben y los que sobran».

Al retomar las palabras del diputado Claudio Lozano, quien habló sobre «La construcción de la equidad desde la familia: Un análisis desde la perspectiva de derechos», el Primado cuestionó el papel de los «intermediarios» como una resistencia a la implementación de políticas de alcance universal.

«La gestión estatal ha instalado la política del minoreo, donde el intermediario usufructúa los beneficios de las prestaciones», a diferencia del «mediador a quien, como decía Homero Manzi, le duele como propia la cicatriz ajena», aseveró.

También aludió a la exposición del Defensor del Pueblo de la Nación, doctor Eduardo Mondino, al pedir que «la reasignación de recursos se traduzca en políticas públicas masivas, universales y de alto impacto social».

Por último, el cardenal Bergoglio exhortó a quienes trabajan junto a niños y adolescentes en riesgo a seguir con fervor en esa tarea y expresó: «que la sonrisa de los chicos les pague el trabajo que están haciendo».

Predicador del Papa: Tenemos la vida en «administración», no en propiedad

Comentario del padre Cantalamessa a la liturgia del próximo domingo


ROMA, viernes, 21 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, ofmcap. -predicador de la Casa Pontificia- a la liturgia del próximo domingo, XXV del tiempo ordinario.

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XXV Domingo del tiempo ordinario [C]
Amós 8, 4-6; I Timoteo 2, 1-8; Lucas 16,1-13

Haceos amigos con el dinero

El Evangelio de este domingo nos presenta una parábola en cierto modo bastante actual, la del administrador infiel. El personaje central es el administrador de un propietario de tierras, figura muy popular también en nuestros campos, cuando regían sistemas usufructuarios.

Como las mejores parábolas, ésta es como un drama en miniatura, lleno de movimiento y de cambios de escena. La primera tiene como actores al administrador y a su señor y concluye con un despido tajante: «Ya no puedes ser administrador». Éste no esboza siquiera una autodefensa. Tiene la conciencia sucia y sabe perfectamente que de lo que se ha enterado el patrón es cierto. La segunda escena es un soliloquio del administrador que se acaba de quedar solo. No se da por vencido; piensa enseguida en soluciones para garantizarse un futuro. La tercera escena –el administrador y los campesinos— revela el fraude que ha ideado con ese fin: «“¿Tú cuánto debes?” Respondió: “Cien cargas de trigo”. Le dijo: “Toma tu recibo y escribe ochenta”». Un caso clásico de corrupción y de falsa contabilidad que nos hace pensar en frecuentes episodios parecidos en nuestra sociedad, si bien a escala mucho mayor.

La conclusión es desconcertante: «El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente». ¿Es que Jesús aprueba o alienta la corrupción? Es necesario recordar la naturaleza del todo especial de la enseñanza en parábolas. La parábola no hay que trasladarla en bloque y con todos sus detalles en el plano de la enseñanza moral, sino sólo en aquel aspecto que el narrador quiere valorar. Y está claro cuál es la idea que Jesús ha querido inculcar con esta parábola. El señor alaba al administrador por su sagacidad, no por otra cosa. No se afirma que se vuelva atrás en su decisión de despedir a este hombre. Es más, visto su rigor inicial y la prontitud con la que descubrió la nueva estafa, podemos imaginar fácilmente la continuación, no relatada, de la historia. Tras haber alabado al administrador por su astucia, el señor debe haberle ordenado que devolviera inmediatamente el fruto de sus transacciones deshonestas, o pagarlas con la cárcel si no podía saldar la deuda. Esto, o sea, la astucia, es también lo que alaba Jesús, fuera de parábolas. Añade, de hecho, casi como comentario a las palabras de ese señor: «Los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz».

Aquel hombre, frente a una situación de emergencia, cuando estaba en juego su porvenir, dio prueba de dos cosas: de extrema decisión y de gran astucia. Actuó pronta e inteligentemente (si bien no honestamente) para ponerse a salvo. Esto –viene a decir Jesús a sus discípulos— es lo que debéis hacer también vosotros para poner a salvo no el futuro terreno, que dura algunos años, sino el futuro eterno. «La vida –decía un filósofo antiguo— a nadie se le da en propiedad, sino a todos en administración» (Séneca). Somos todos los «administradores»; por ello debemos hacer como el hombre de la parábola. Él no dejó las cosas para mañana, no se durmió. Está en juego algo más importante como para confiarlo al azar.

El Evangelio a menudo hace diversas aplicaciones prácticas de esta enseñanza de Cristo. En la que se insiste más tiene que ver con el uso de la riqueza y del dinero: «Yo os digo: haceos amigos con el dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas». Es como decir: haced como aquel administrador; haceos amigos de quienes un día, cuando os encontréis en necesidad, puedan acogeros. Estos amigos poderosos, se sabe, son los pobres, puesto que Cristo considera dado a Él en persona lo que se da al pobre. Los pobres, decía San Agustín, son, si lo deseamos, nuestros correos y porteadores: nos permiten transferir, desde ahora, nuestros bienes en la morada que se está construyendo para nosotros en el más allá.

[Traducción del original italiano realizada por Zenit]

martes, 18 de septiembre de 2007

La libertad religiosa es «puente» entre los demás derechos humanos, recuerda la Santa Sede

Intervención del arzobispo Tomasi en el Consejo para los Derechos Humanos


GINEBRA, martes, 18 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Por su naturaleza la libertad religiosa es «puente» entre las distintas categorías de los derechos humanos, recuerda el arzobispo Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas y otras Organizaciones Internacionales en Ginebra.

Sin embargo «en los debates actuales existe una difundida percepción de que la comunidad internacional debe afrontar la difícil tarea de equilibrar libertad religiosa, libertad de expresión, respeto de las creencias y de las convicciones religiosas y no religiosas, difamación de la religión y de los miembros de una religión», constató el prelado al intervenir –el viernes pasado— en Ginebra en la VI sesión del Consejo para los Derechos Humanos.

Con todo, el desarrollo de la protección y de la promoción de todos los derechos humanos fundamentales «muestra que la libertad religiosa puede servir como elemento de síntesis, como puente entre las diversas categorías de derechos humanos», advirtió.

Y es que «la profesión de una religión en público o en privado es de hecho una libertad que pertenece no sólo al terreno de los derechos civiles y políticos –y por lo tanto ligada a la libertad de pensamiento, de expresión y de culto--, sino también al de los derechos económicos, sociales y culturales», recalcó.

Un vínculo de este tipo se evidencia --prosiguió-- «en la capacidad de auto-organización de las religiones, en la acción caritativa de los miembros de las comunidades de fe y en las formas de solidaridad llevadas adelante por las instituciones religiosas en los sectores de la salud, de la educación y de la formación».

«Más aún: la presencia y la influencia de las principales religiones del mundo, además, ha sido frecuentemente un medio para trascender las limitaciones subjetivas del orden jurídico positivista con normas morales objetivas que sirven al bien común de toda la humanidad», recordó monseñor Tomasi.

De acuerdo con el delegado de la Santa Sede, reconocer a la libertad religiosa el papel de garante de la interrelación entre los diversos derechos fundamentales significa que «los poderes públicos deberían trabajar de forma que la profesión de una religión no limite los derechos civiles o la participación política e institucional, ni sea jamás utilizada para negar los derechos económicos, sociales y culturales a individuos o comunidades».

«Los principios y las reglas para la defensa de los derechos fundamentales, que también a través de la acción del Consejo para los Derechos Humanos y de sus esfuerzos de proponer procedimientos y mecanismos justos, están en un proceso de consolidación como patrimonio de la comunidad internacional y de los distintos países, muestran que no existe contraste entre la libertad religiosa y la libertad de expresión: ambas pertenecen a esas facultades intelectuales propias de la persona humana, a su acción en la esfera privada y pública», puntualizó.

De acuerdo con el prelado, éste es el marco en que el Consejo tiene el reto de «considerar las peticiones que hoy exhortan a regular el fenómeno religioso frente a casos de discriminación y de verdadera difamación de las religiones y de los miembros de una religión».

Tales peticiones «muestran que la acción internacional, junto a las iniciativas internas de los Estados, está llamada a garantizar un adecuado equilibrio en el ejercicio de estos dos derechos, reconociendo que la libertad de expresar un credo religioso, cuando existe autenticidad, asume una función pública --precisó--: contribuye a la cohesión social y por lo tanto a la vida pacífica de todos, minorías y mayoría, creyentes y no creyentes, dentro de un mismo país».

El contexto social y político apropiado para promover y defender todos los derechos humanos, «incluida la profesión de una religión o cambiar de ésta, incluso su rechazo», implica «la aceptación de que los derechos humanos están vinculados y que los estándares internacionales deberían traducirse en disposiciones nacionales jurídicas y legales para el beneficio, la protección y la libertad de toda persona», concluyó.