Escrito por Desde la fe | |
09.12.2007 | |
Al término de la tradicional misa dominical en la Catedral de México, el cardenal Norberto Rivera Carrera trasmitió los saludos que el Papa Benedicto XVI envío a los católicos mexicanos: “El Santo Padre –dijo– manda un saludo muy cariñoso a todo México, especialmente a esta Arquidiócesis porque sabe que ya nos estamos preparando para el Encuentro Mundial de la Familia 2009”. El Sr. Arzobispo concluyó así su primera celebración eucarística en el recinto catedralicio, luego de haber permanecido ausente durante algunas semanas debido a su participación en el consistorio celebrado en Roma, periodo en el que también se suscitó la entrada violenta de simpatizantes perredistas que derivó en el cierre de la Catedral de México por un lapso de seis días. Al respecto, el cardenal Rivera explicó que desde Roma, él y el Santo Padre permanecieron atentos a los hechos ocurridos en la Catedral Metropolitana: “Supe cómo estaban actuando los fieles, quienes en ningún momento respondieron a la violencia con violencia. Eso me llenó de alegría y el Papa se regocijó también con esa noticia”. En este sentido, el Sr. Cardenal llamó a los mexicanos a evitar que siga creciendo la violencia en nuestro país y agradeció la postura y actuación de sus Obispos Auxiliares, quienes –señaló- “saben hacerme presente en los momentos difíciles”, así como a las autoridades “que supieron actuar con toda prudencia y con verdadera fortaleza”. El cardenal Norberto Rivera adelantó que a partir de los próximos meses se sostendrán reuniones más frecuentes con el Santo Padre con motivo de los preparativos del Encentro Mundial de las Familias 2009, cuya sede será la Arquidiócesis de México, y en el que se espera la asistencia del Papa Benedicto XVI. |
MADRID, sábado, 15 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Publicamos la carta pastoral que ha escrito el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid, a todos los párrocos, rectores de Iglesias, dirigentes de asociaciones y movimientos apostólicos, directores de colegios y centros de enseñanza, instituciones de la vida consagrada y a todos los fieles laicos de su diócesis para convocar la fiesta de la familia el domingo 30 de diciembre.
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Mis queridos diocesanos:
El próximo 30 de Diciembre, solemnidad de la Sagrada Familia, tendrá lugar en nuestra Diócesis una gran celebración con el lema Por la familia cristiana para vivir festivamente el gran don de la familia santificada por la Encarnación y Nacimiento del Hijo de Dios. Esta iniciativa de movimientos y nuevas realidades eclesiales, que acojo gustosamente en nuestra Diócesis, pretende apoyar a la familia cristiana mediante el anuncio explícito de la verdad que la Iglesia católica nos enseña sobre ella. Se harán presentes los Sres. Cardenales de España, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, los obispos de la Provincia Eclesiástica y los que quieran unirse a dicho acto.
Esta celebración se realiza en el marco de la transmisión de la fe, sobre la que venimos trabajando en nuestra Archidiócesis de tiempo atrás. Más concretamente, se inscribe en el desarrollo de una misión destinada a los jóvenes que este curso de 2007-2008 se extiende a las familias jóvenes que necesitan apoyo, compañía y orientación. Providencialmente, este acto tendrá lugar justamente cuando celebramos el XXV aniversario de la visita del inolvidable siervo de Dios, el Papa Juan Pablo II, que vino por vez primera a España en 1982. Quienes asistieron a la misa de las familias, celebrada muy de cerca de donde tendrá lugar nuestro encuentro, no olvidan la fuerza, la claridad y el amor con que Juan Pablo II anunció a las familias el plan de Dios sobre el matrimonio, la familia y las consecuencias que se derivan del mismo: la defensa de la vida, la unión indisoluble del matrimonio entre hombre y mujer, el significado trascendente del amor conyugal, el derecho insustituible e ineludible de los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones.
Os exhorto, pues, a participar familiarmente en este momento de gracia como testimonio de lo que creemos y vivimos en un momento crucial en el que la familia, tanto en España como en Europa, sufre fuertes amenazas. Como cristianos queremos anunciar el evangelio de la familia para iluminar y sostener a las familias cristianas, ya muchas otras que sin compartir nuestra fe sintonizan con la sensibilidad eclesial, en su identidad y misión en la sociedad.
Queremos vivir este encuentro como un modo de celebrar festivamente la solemnidad de la Sagrada Familia de manera que las familias cristianas vivan su vocación de verdaderas iglesias domésticas que por el testimonio de su vida atraigan a otras a realizarse según el modelo dado por Dios en la familia de Nazareth.
Que Jesús, María y José nos ayuden en este empeño y bendigan a todas las familias con la alegría que nos trae la Navidad.
Con todo afecto, mis deseos de una celebración santa y gozosa de la Natividad del Señor y mi bendición.