sábado, 15 de diciembre de 2007

El Papa envía saludos a México

Escrito por Desde la fe
09.12.2007
Al término de la tradicional misa dominical en la Catedral de México, el cardenal Norberto Rivera Carrera trasmitió los saludos que el Papa Benedicto XVI envío a los católicos mexicanos: “El Santo Padre –dijo– manda un saludo muy cariñoso a todo México, especialmente a esta Arquidiócesis porque sabe que ya nos estamos preparando para el Encuentro Mundial de la Familia 2009”. El Sr. Arzobispo concluyó así su primera celebración eucarística en el recinto catedralicio, luego de haber permanecido ausente durante algunas semanas debido a su participación en el consistorio celebrado en Roma, periodo en el que también se suscitó la entrada violenta de simpatizantes perredistas que derivó en el cierre de la Catedral de México por un lapso de seis días.

Al respecto, el cardenal Rivera explicó que desde Roma, él y el Santo Padre permanecieron atentos a los hechos ocurridos en la Catedral Metropolitana: “Supe cómo estaban actuando los fieles, quienes en ningún momento respondieron a la violencia con violencia. Eso me llenó de alegría y el Papa se regocijó también con esa noticia”.

En este sentido, el Sr. Cardenal llamó a los mexicanos a evitar que siga creciendo la violencia en nuestro país y agradeció la postura y actuación de sus Obispos Auxiliares, quienes –señaló- “saben hacerme presente en los momentos difíciles”, así como a las autoridades “que supieron actuar con toda prudencia y con verdadera fortaleza”.

El cardenal Norberto Rivera adelantó que a partir de los próximos meses se sostendrán reuniones más frecuentes con el Santo Padre con motivo de los preparativos del Encentro Mundial de las Familias 2009, cuya sede será la Arquidiócesis de México, y en el que se espera la asistencia del Papa Benedicto XVI.

Cardenal Antonio María Rouco: Por la familia cristiana

Carta pastoral

MADRID, sábado, 15 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Publicamos la carta pastoral que ha escrito el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid, a todos los párrocos, rectores de Iglesias, dirigentes de asociaciones y movimientos apostólicos, directores de colegios y centros de enseñanza, instituciones de la vida consagrada y a todos los fieles laicos de su diócesis para convocar la fiesta de la familia el domingo 30 de diciembre.

* * *

Mis queridos diocesanos:

El próximo 30 de Diciembre, solemnidad de la Sagrada Familia, tendrá lugar en nuestra Diócesis una gran celebración con el lema Por la familia cristiana para vivir festivamente el gran don de la familia santificada por la Encarnación y Nacimiento del Hijo de Dios. Esta iniciativa de movimientos y nuevas realidades eclesiales, que acojo gustosamente en nuestra Diócesis, pretende apoyar a la familia cristiana mediante el anuncio explícito de la verdad que la Iglesia católica nos enseña sobre ella. Se harán presentes los Sres. Cardenales de España, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, los obispos de la Provincia Eclesiástica y los que quieran unirse a dicho acto.

Esta celebración se realiza en el marco de la transmisión de la fe, sobre la que venimos trabajando en nuestra Archidiócesis de tiempo atrás. Más concretamente, se inscribe en el desarrollo de una misión destinada a los jóvenes que este curso de 2007-2008 se extiende a las familias jóvenes que necesitan apoyo, compañía y orientación. Providencialmente, este acto tendrá lugar justamente cuando celebramos el XXV aniversario de la visita del inolvidable siervo de Dios, el Papa Juan Pablo II, que vino por vez primera a España en 1982. Quienes asistieron a la misa de las familias, celebrada muy de cerca de donde tendrá lugar nuestro encuentro, no olvidan la fuerza, la claridad y el amor con que Juan Pablo II anunció a las familias el plan de Dios sobre el matrimonio, la familia y las consecuencias que se derivan del mismo: la defensa de la vida, la unión indisoluble del matrimonio entre hombre y mujer, el significado trascendente del amor conyugal, el derecho insustituible e ineludible de los padres a educar a sus hijos según sus propias convicciones.

Os exhorto, pues, a participar familiarmente en este momento de gracia como testimonio de lo que creemos y vivimos en un momento crucial en el que la familia, tanto en España como en Europa, sufre fuertes amenazas. Como cristianos queremos anunciar el evangelio de la familia para iluminar y sostener a las familias cristianas, ya muchas otras que sin compartir nuestra fe sintonizan con la sensibilidad eclesial, en su identidad y misión en la sociedad.

Queremos vivir este encuentro como un modo de celebrar festivamente la solemnidad de la Sagrada Familia de manera que las familias cristianas vivan su vocación de verdaderas iglesias domésticas que por el testimonio de su vida atraigan a otras a realizarse según el modelo dado por Dios en la familia de Nazareth.

Que Jesús, María y José nos ayuden en este empeño y bendigan a todas las familias con la alegría que nos trae la Navidad.

Con todo afecto, mis deseos de una celebración santa y gozosa de la Natividad del Señor y mi bendición.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Madrid convoca la gran fiesta de la familia para el 30 de diciembre

Iniciativa lanzada por el cardenal Rouco

MADRID, viernes, 14 diciembre 2007 (ZENIT.org).- El cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid, ha invitado con una carta a las parroquias, asociaciones, movimientos y nuevas realidades eclesiales, centros educativos, a participar en una gran concentración festiva en apoyo de la familia cristiana.

El encuentro, en el que podrían participar cien mil personas, lleva por eslogan «Gran celebración por la familia cristiana», y será acogido por la Plaza de Colón, de la capital española, el domingo 30 de diciembre, fiesta de la Sagrada Familia.

La manifestación comenzará a las 11, y a las 12, el Papa Benedicto XVI dirigirá un mensaje en directo a los reunidos en Madrid.

La archidiócesis de Madrid ha creado una página web en la que ofrece información sobre el acto y documentación sobre la familia: www.porlafamiliacristiana.com

Documento vaticano: La evangelización no es proselitismo ni relativismo

Nota doctrinal de la Congregación para la Doctrina de la Fe


CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 14 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Ante la «creciente confusión» sobre el término evangelización, la Santa Sede ha publicado este viernes un documento en el que aclara que no significa ni «proselitismo» ni «relativismo». «Toda persona tiene derecho a escuchar la buena nueva de Dios que se revela y se entrega en Cristo para que viva en plenitud su propia vocación. A este derecho le corresponde el deber de evangelizar», explica.

Se trata de la «Nota Doctrinal acerca de algunos aspectos de la Evangelización», redactada por la Congregación para la Doctrina de la Fe, resultado de un trabajo de años, que había comenzado el anterior prefecto de ese organismo vaticano, el cardenal Joseph Ratzinger.

Algunos, explica el texto, consideran que no hay que promover la conversión a Cristo, pues es posible salvarse sin un conocimiento explícito de Jesús y sin una incorporación formal a la Iglesia.

Estas convicciones toman más fuerza en un ambiente de relativismo, que niega la capacidad humana para conocer la verdad.

El documento propone la enseñanza y el diálogo, en respeto de la plena libertad de toda persona, para anunciar el amor de Cristo.

Al mismo tiempo, aclara, no es evangelización cristiana la actitud al diálogo que comporte la coerción o la instigación, que no respeta la dignidad y la libertad religiosa.

«La incorporación de nuevos miembros a la Iglesia no es la expansión de un grupo de poder, sino la entrada en la red de amistad con Cristo, que une el cielo y la tierra, continentes y épocas diferentes», aclara.

La Iglesia, según la fe católica, es «instrumento de la presencia de Dios y, por este motivo, instrumento de una auténtica humanización del hombre y del mundo».

El documento cita la constitución del Concilio Vaticano II Gaudium et Spes para afirmar que el respeto de la libertad religiosa y su promoción «no deben hacernos indiferentes por ningún motivo ante la verdad y el bien. Es más, el mismo amor lleva a los discípulos de Cristo a anunciar a todos los hombres la verdad que salva».

Y «para que la luz de la verdad sea irradiada a todos los hombres se necesita ante todo el testimonio de la santidad. Si la palabra es desmentida por la conducta, difícilmente es acogida».

Pero al mismo tiempo, añade recordando el pensamiento de Pablo VI, «incluso el testimonio más hermoso será a largo plazo impotente si no es iluminado, justificado y explicitado por un anuncio claro e inequívoco del Señor Jesús».

Evangelización y ecumenismo no están en oposición, añade el documento. Más bien sucede lo contrario. Las divisiones de los cristianos pueden comprometer seriamente la credibilidad de la misión evangelizadora de la Iglesia. Si el ecumenismo logra realizar una mayor unidad entre los cristianos, la evangelización también resultará más eficaz.

Por eso, en los países en los que viven los cristianos nos católicos, indica la nota, los católicos deben mostrar «un auténtico respeto por su tradición y por sus riquezas espirituales» y «un sincero espíritu de cooperación».

El documento concluye con un mensaje central del pontificado de Benedicto XVI: «El anuncio y el testimonio del Evangelio son el primer servicio que los cristianos pueden ofrecer a toda persona y a todo el género humano».

La Iglesia necesita vivir del «perenne Pentecostés», advierte el predicador del Papa

En su meditación de Adviento a Benedicto XVI y a la Curia


CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 14 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Todos en la Iglesia «estamos llamados» a estar en la «corriente de gracia» de un «Pentecostés continuo», clave para el anuncio profético de Cristo, reconoció este viernes el predicador de la Casa Pontifica ante el Papa y sus colaboradores de la Curia Romana.

Y expresión de ese Pentecostés continuo es el «bautismo en el Espíritu», aquello que distingue toda la persona y obra de Cristo, sintetizó el padre Raniero Cantalamessa OFM Cap. en su segunda predicación de Adviento.

Eje de estas meditaciones es el texto paulino: «Nos ha hablado por medio del Hijo» (Hb 1,1-3), del que se desprende la división del tiempo en dos partes: cuando Dios habló a través de los profetas y el tiempo en que Dios habla a través del Hijo, apuntó el predicador del Papa el viernes pasado.

Y «gozne» entre un tiempo y el otro es Juan el Bautista, «más que un profeta» porque anuncia a Cristo presente --subrayó--. Figura precursora del Mesías, en el Nuevo Testamento el Bautista es la mejor evidencia de la novedad de Cristo.

«Entre la misión de Juan el Bautista y la de Jesús ha ocurrido algo decisivo» «que constituye una divisoria entre dos épocas»; «el centro de gravedad de la historia se ha desplazado: lo más importante ya no está en un futuro más o menos inminente --recalcó--, sino que está "aquí y ahora", en el reino que está ya operante en la persona de Cristo».

Y es ésta la «nueva profecía» que inauguró Juan el Bautista: consiste en «revelar la presencia escondida de Cristo en el mundo», sacudiendo su indiferencia.

Pero «para dar testimonio de Jesús se requiere espíritu de profecía». «¿Existe este espíritu de profecía en la Iglesia? ¿Se cultiva? ¿Se alienta? ¿O se cree, tácitamente, que se puede prescindir de él, apuntando más hacia medios y recursos humanos?», interrogó.

Urge esta profecía, que haya profetas de Dios, aún pequeños o desconocidos, pero con «fuego en el corazón, palabra en los labios, profecía en la mirada», que es lo que define el «perenne Pentecostés» que necesita la Iglesia -como decía Pablo VI y recordó el padre Cantalamessa--.

El poder del Espíritu
«La comparación entre el Bautista y Jesús se cristaliza en el Nuevo Testamento en la comparación entre el bautismo de agua y el bautismo de Espíritu», explicó el predicador de la Casa Pontificia; Jesús «bautiza en Espíritu Santo» «en el sentido de que recibe y da el Espíritu sin medida», «efunde su Espíritu sobre toda la humanidad redimida».

De hecho, la expresión «bautizar en el Espíritu» define «la obra esencial del Mesías» y, aplicándolo «a la vida y al tiempo de la Iglesia, debemos concluir que Jesús resucitado no bautiza en Espíritu Santo únicamente en el sacramento del bautismo --expresó--, sino, de manera distinta, también en otros momentos: en la Eucaristía, en la escucha de la Palabra y, en general, en todos los medios de gracia».

A través del «bautismo del Espíritu» --testimonió, haciéndose altavoz de millones de fieles-- «se tiene experiencia de la unción del Espíritu Santo en la oración, de su poder en el ministerio pastoral, de su consolación en la prueba, de su guía en las elecciones», «transforma interiormente, da el gusto de la alabanza de Dios, abre la mente a la compresión de las Escrituras, enseña a proclamar Jesús "Señor" y da el valor de asumir tareas nuevas y difíciles, en el servicio de Dios y del prójimo», antes aún que la eventual «manifestación de los carismas».

«No es que todos estén llamados a experimentar la gracia de un "nuevo Pentecostés" [término que usó Juan XXIII. Ndr.] de esta forma», reconoció el padre Cantalamessa, «pero todos estamos llamados a no permanecer fuera de esta "corriente de gracia" que atraviesa la Iglesia del post Concilio».

Y se dirigió especialmente al matrimonio --sacramento de la donación recíproca--, donde la acción sanadora del Espíritu Santo es clave porque «es el don hecho persona, es la donación del Padre al Hijo y del Hijo al Padre».

Así, donde llega el Espíritu --«el amor de Dios»-- «renace la capacidad de hacerse don y con ella la alegría y la belleza de los esposos de vivir juntos»; «reaviva toda expresión de amor», concluyó.

Por Marta Lago

Es hora de proclamar con valor que Dios es felicidad, pide el predicador del Papa

Comentario del padre Cantalamessa a la liturgia del próximo domingo


ROMA, viernes, 14 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, OFM Cap., predicador de la Casa Pontificia, a la liturgia del próximo domingo, tercero de Adviento.

* * *

III Domingo de Adviento [A]


Estad alegres; el Señor está cerca

Isaías 35, 1-6a.8a.10; Santiago 5, 7-10; Mateo 11, 2-11




Comencemos, en nuestra reflexión, por la frase con la que Jesús, en el Evangelio, tranquiliza a los discípulos de Juan el Bautista acerca del propio mesianismo: «Se anuncia a los pobres la Buena Nueva». El Evangelio es un mensaje de gozo: esto proclama la liturgia del tercer domingo de Adviento, que, por las palabras de Pablo en la antífona de ingreso, ha tomado el nombre de domingo «Gaudete», «estad siempre alegres», o sea, domingo de la alegría: «Que el desierto y el sequedal se alegren... Se alegrarán con gozo y alegría... en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán».
.
Todos quieren ser felices. Si pudiéramos representar visiblemente a toda la humanidad, en su movimiento más profundo, veríamos una inmensa multitud erguirse en torno a un árbol frutal sobre la punta de los pies y tender desesperadamente las manos, en el esfuerzo de tomar un fruto que en cambio se escapa. La felicidad, dijo Dante, es ese dulce fruto que el hombre busca entre las ramas de la vida.

Pero si todos buscamos la felicidad, ¿por qué tan pocos son verdaderamente felices y hasta los que lo son permanecen así por tiempo tan escaso? Creo que la razón principal es que, en la escalada a la cumbre de la felicidad, erramos de vertiente; elegimos la que no lleva a la cima. La revelación dice: «Dios es amor»; el hombre ha creído que puede dar la vuelta a la frase y decir: «¡El amor es Dios!» (la afirmación es de Feuerbach). La revelación dice: «Dios es felicidad»; el hombre invierte de nuevo el orden y dice: «¡La felicidad es Dios!». ¿Y qué sucede así? No conocemos en la tierra la felicidad en estado puro, como no conocemos el amor absoluto; conocemos sólo fragmentos de felicidad que se reducen con frecuencia a ebriedades pasajeras de los sentidos. Cuando por eso decimos: «¡La felicidad es Dios!», divinizamos nuestras pequeñas experiencias; llamamos «Dios» a la obra de nuestras manos o de nuestra mente. Hacemos, de la felicidad, un ídolo. Esto explica por qué quien busca a Dios encuentra siempre la alegría, mientras que quien busca la alegría no siempre encuentra a Dios. El hombre se reduce a buscar la felicidad en razón de cantidad: siguiendo placeres y emociones cada vez más intensos, o añadiendo placer a placer. Como el drogadicto que necesita dosis cada vez mayores para lograr el mismo grado de placer.

Sólo Dios es feliz y hace felices. Por eso un salmo exhorta: «Ten tu alegría en el Señor, y escuchará lo que pida tu corazón» (Sal 37,4). Con Él también los gozos de la vida presente conservan su dulce sabor y no se transforman en angustias. No sólo los gozos espirituales, sino toda alegría humana honesta: la alegría de ver crecer a los propios hijos, del trabajo felizmente llevado a término, de la amistad, de la salud recuperada, de la creatividad, del arte, del esparcimiento en contacto con la naturaleza. Sólo Dios ha podido arrancar de los labios de un santo el grito: «Basta, Señor, de alegría; ¡mi corazón ya no puede contener más!». En Dios se encuentra todo lo que el hombre acostumbra a asociar a la palabra felicidad e infinitamente más, pues «ni ojo vio, ni oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman» (1 Co 2,9).

Es hora de empezar a proclamar con más valor la «Buena Nueva» de que Dios es felicidad, que la felicidad -no el sufrimiento, la privación, la cruz-- tendrá la última palabra. Que el sufrimiento sirve sólo para quitar el obstáculo a la alegría, para dilatar el alma, para que un día pueda acoger la mayor medida posible.

[Traducción del original italiano realizada por Marta Lago]

miércoles, 12 de diciembre de 2007

El Papa invita a descubrir en Navidad la potencia del amor de Cristo

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 12 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI deseó que esta Navidad sirva para descubrir la potencia del amor de Cristo.

Al final de la audiencia de este miércoles, celebrada en el Aula Pablo VI, el pontífice dirigió un saludo particular a los jóvenes, enfermos y recién casados.

Dirigiéndose a los chicos y chicas presentes, les invitó a «disponer los corazones para acoger a Jesús, que nos salva con la potencia de su amor».

Al saludar a los enfermos, muchos de ellos en sillas de ruedas, reconoció que «en vuestra enfermedad experimentáis todavía más el peso de la cruz» y por ello les deseó que «las próximas fiestas navideñas les traigan serenidad y consuelo».

Por último, al despedirse de los recién casados, algunos con sus trajes de bodas, les exhortó: «creced cada vez más en ese amor que Jesús, en su Navidad, vino a traernos».

La Iglesia, misterio de íntima unión con Dios; explica el Papa

Ilustra el sentido de la amistad cristiana


CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 12 diciembre 2007 (ZENIT.org).- La Iglesia es el «sacramento de la íntima unión con Dios», considera Benedicto XVI.

Desde esta perspectiva se entiende también el sentido de la amistad cristianos, aclaró al presentar en la audiencia general de este miércoles la figura de san Paulino de Nola, fallecido en el año 431, quien fue político, poeta, esposo, padre, monje, presbítero, y finalmente obispo.

Nacido en Francia, en Burdeos, tras haber recibido una extraordinaria formación literaria, ascendió muy pronto en la carrera política, siendo nombrado gobernador de Campania, en el sur de Italia. Allí se convirtió al cristianismo.

Se caso con Teresa, una bella y noble mujer de Barcelona, con quien tuvo un hijo, cuya muerte, a los pocos días, le sacudió interiormente, llevándole junto a su mujer a entregar toda su vida a Cristo y a los pobres, a quienes entregó todos sus bienes.

En Nola (Campania) junto a su mujer, con quien a partir de entonces vivió en castidad, fundó una comunidad de vida ascética y de acogida a los pobres. San Gregorio Magno escribe que en una ocasión se ofreció como prisionero en lugar del hijo de una viuda.

Consideraba que entregar todo a los pobres no era la cumbre de la conversión, sino el inicio, pues, como sucede con el atleta, el cristiano se despoja de sus vestidos para correr con más libertad su carrera en la vida cristiana.

En la comunidad creada por el santo, recordó el Papa, «la vida discurría en pobreza, oración y totalmente sumergida en la lectio divina. La Escritura leída, meditada, asimilada, era el rayo de luz a través del cual el santo de Nola escrutaba su alma en su búsqueda de la perfección».

A los pobres, Paulino no sólo les daba limosna: «les acogía como si fueran el mismo Cristo», explicó el Papa a los miles de peregrinos congregados en el Aula Pablo VI.

«Les reservaba un ala del monasterio y, de este modo, no tenía la impresión de dar, sino de recibir, en el intercambio de dones entre la acogida ofrecida y la gratitud hecha oración de aquellos a quienes ayudaba».

«Llamaba a los pobres sus "dueños" y, al observar que se alojaban en el piso inferior, les decía que su oración desempeñaba la función de los cimientos de su casa».

Mantuvo amistad con muchos santos: de Martín de Tours a Jerónimo, de Ambrosio a Agustín, de Delfín de Burdeos a Niceto de Remesiana, de Vitricio de Rouen a Rufino de Aquileya, de Pamaquio a Sulpicio Severo...

Explicando su visión de la amistad, a san Agustín de Hipona, le escribía: «No hay que sorprenderse si nosotros, a pesar de la lejanía, estamos juntos y sin habernos conocido nos conocemos, pues somos miembros de un solo cuerpo, tenemos una sola cabeza, hemos quedado inundados por una sola gracia, vivimos de un solo pan, caminamos por un camino único, vivimos en la misma casa».

«Como puede verse, se trata de una bellísima descripción de lo que significa ser cristianos, ser Cuerpo de Cristo, vivir en la comunión de la Iglesia», explicó el Papa.

«El testimonio de san Paulino de Nola --concluyó-- nos ayuda a experimentar la Iglesia tal y como la presenta el Concilio Vaticano II: sacramento de la íntima unión con Dios y de este modo de la unidad de todos nosotros y por último de todo el género humano».

La catequesis del Papa continúa con su serie de meditaciones sobre las grandes figuras de los orígenes de la Iglesia.

Mensaje a los comunicadores del continente de la esperanza en la fiestividad de Guadalupe

El arzobispo Celli, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales


CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 12 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Publicamos el mensaje que ha enviado el arzobispo Claudio Maria Celli, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales en ocasión de la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América.

* * *

Fiesta de la Virgen de Guadalupe, Patrona de América

12 de diciembre 2007

A los comunicadores católicos del continente de la esperanza

Deseo hacer un alto en el camino para dirigirme a las personas de buena voluntad que trabajan en el amplio mundo de la comunicación social, especialmente a quienes con su servicio desean ser «sal y luz del mundo», comunicando al Dios que por Amor ha redimido la humanidad haciéndose como nosotros. En este tiempo de Adviento tenemos también la alegría de celebrar la festividad de la Virgen de Guadalupe, declarada por Juan Pablo II Patrona de América, que inspira y ampara de manera particular a la RIIAL y a tantas iniciativas de comunicación del Continente.

Aquella hermosa y ya tradicional expresión, «Continente de la Esperanza» ha sido iluminada con la Encíclica Spes salvi, nuevo regalo con que el Papa Benedicto XVI alimenta nuestra conciencia cristiana. Él mismo explicaba el sentido de esta virtud teologal: «He aquí entonces el sorprendente descubrimiento: ¡la esperanza mía y nuestra, está precedida por la espera que Dios cultiva con respecto a nosotros! Esta espera de Dios precede siempre a nuestra esperanza, exactamente como su amor nos alcanza siempre en primer lugar (cfr 1 Jn 4,10). Es una confianza que tiene su reflejo en los corazones de los pequeños, de los humildes, cuando a través de las dificultades y las fatigas se comprometen cada día a dar lo mejor de si mismos, a hacer ese poco de bien que para los ojos de Dios es mucho: en familia, en el puesto de trabajo, en la escuela, en los diferentes ámbitos de la sociedad. En el corazón del hombre está escrita de forma imborrable la esperanza, porque Dios, nuestro Padre es vida, y estamos hechos para la vida eterna y bienaventurada». (Homilía de Vísperas, 1.dic.2007).

Este año la Iglesia en América Latina ha sido marcada por la Conferencia de los Obispos en Aparecida, Brasil. Los pastores del Pueblo de Dios han querido responder a los desafíos del tiempo actual invitando a todos los cristianos a vivir un verdadero itinerario de discipulado, compartido en comunidad, y que culmina en una actitud misionera constante. Esta invitación apela de manera especial a los comunicadores y «tejedores de redes», para poner el rostro de Cristo en los espacios de la vida cotidiana de la sociedad.

El primer paso del camino señalado por los Obispos es un encuentro personal con el Señor Jesús, una experiencia de profunda amistad con Él, sin la cual la vida cristiana sencillamente no existe. Así pues, creo que como personas de comunicación podemos impulsar especialmente ahora este primer paso. No queramos «quemar etapas», pues la conducta según el Evangelio es auténtica sólo si surge de esa relación viva y personal de apertura a Cristo que se nos ofrece como Salvador. Pensemos cómo podemos, en nuestros campos específicos de acción, favorecer que los lectores, oyentes, televidentes, usuarios..., encuentren a Jesucristo en aquello que comunicamos. Si lográramos que nuestros interlocutores y destinatarios encontraran al Señor en nuestras obras de comunicación, podemos estar seguros de que Él hará fructificar el esfuerzo. Y tras el primer paso vendrá el segundo y así sucesivamente.

«El Verbo se hizo carne»; Dios se hizo accesible y comprensible a nosotros en el pesebre. Se hizo débil y dependiente el que todo podía y tenía en la mano el Universo. Con el estupor y la maravilla que este Misterio suscita en los creyentes de todas las generaciones, intentemos ser como aquellos ángeles que fueron enviados a anunciar a los pastores la gran alegría, el acontecimiento más grande de la historia.

Seamos dóciles como lo fue María de Guadalupe, señalada por Juan Pablo II como «modelo de una evangelización perfectamente inculturada». Ella se adapta a la mentalidad de su interlocutor, a su cultura, a su ritmo. Su mensaje no está hecho sólo de palabras. Es gesto, es forma, es imagen, es lenguaje, es idioma. Es una comunicación amorosa y llena de aceptación por el mundo del otro, a la vez que ejerce un efecto dinamizador que cambia para siempre al interlocutor. Juan Diego se ve reconocido en su profunda dignidad de ser humano, y más aún, elevado a una alta tarea: es enviado en misión para ser portador de un mensaje que le supera.

Que el Señor nos ilumine a todos en este hermoso tiempo litúrgico, y que compartamos con la familia, y también con las personas necesitadas, tantos bienes que hemos recibido. De parte mía y de mis colaboradores, ¡Feliz Navidad!

La paz también exige justicia económica, asegura Benedicto XVI

Propone una economía que responda al bien común de dimensiones planetarias


CIUDAD DEL VATICANO, martes, 11 diciembre 2007 (ZENIT.org).- La paz también exige justicia económica, asegura Benedicto XVI en el mensaje que ha enviado con motivo de la Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2008.

«Se tiene una auténtica experiencia de paz en la familia cuando a nadie le falta lo necesario, y el patrimonio familiar --fruto del trabajo de unos, del ahorro de otros y de la colaboración activa de todos-- se administra correctamente con solidaridad, sin excesos ni despilfarro», asegura.

Comentando el tema escogido para la Jornada próxima, «Familia humana, comunidad de paz», el obispo de Roma considera que «para la paz familiar se necesita, por una parte, la apertura a un patrimonio trascendente de valores, pero al mismo tiempo no deja de tener su importancia un sabio cuidado tanto de los bienes materiales como de las relaciones personales».

«Cuando falta este elemento se deteriora la confianza mutua por las perspectivas inciertas que amenazan el futuro del núcleo familiar», constata.

Estas consideraciones el pontífice las aplica también al escenario internacional.

«También la familia humana, hoy más unida por el fenómeno de la globalización, necesita además un fundamento de valores compartidos, una economía que responda realmente a las exigencias de un bien común de dimensiones planetarias», indica.

«Desde este punto de vista, la referencia a la familia natural se revela también singularmente sugestiva. Hay que fomentar relaciones correctas y sinceras entre los individuos y entre los pueblos, que permitan a todos colaborar en plan de igualdad y justicia», afirma.

Por este motivo, pide, «es preciso comprometerse en emplear acertadamente los recursos y en distribuir la riqueza con equidad».

En particular, indica, «las ayudas que se dan a los países pobres han de responder a criterios de una sana lógica económica, evitando derroches que, en definitiva, sirven sobre todo para el mantenimiento de un costoso aparato burocrático».

«Se ha de tener también debidamente en cuenta la exigencia moral de procurar que la organización económica no responda sólo a las leyes implacables de los beneficios inmediatos, que pueden resultar inhumanas», concluye el Papa en su pasaje dedicado a «Familia, comunidad humana y economía».

Benedicto XVI promueve una alianza entre ser humano y medio ambiente

Para lograr un «equilibrio ecológico»


CIUDAD DEL VATICANO, martes, 11 diciembre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha propuesto una alianza entre el ser humano y el medio ambiente que sirva para alcanzar un «equilibrio ecológico» sin caer en las redes de los prejuicios ideológicos.

Así lo propone en el mensaje que ha enviado con motivo de la Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2008, con el tema «Familia humana, comunidad de paz».

«Hemos de cuidar el medio ambiente: éste ha sido confiado al hombre para que lo cuide y lo cultive con libertad responsable, teniendo siempre como criterio orientador el bien de todos. Obviamente, el valor del ser humano está por encima de toda la creación», exhorta el mensaje pontificio publicado este martes.

«Respetar el medio ambiente no quiere decir que la naturaleza material o animal sea más importante que el hombre», advierte.

«Quiere decir más bien que no se la considera de manera egoísta, a plena disposición de los propios intereses, porque las generaciones futuras tienen también el derecho a obtener beneficio de la creación, ejerciendo en ella la misma libertad responsable que reivindicamos para nosotros».

En este contexto, el obispo de Roma pide que «no olvidar a los pobres, excluidos en muchos casos del destino universal de los bienes de la creación».

En momentos en los que la humanidad «teme por el futuro equilibrio ecológico», el Santo Padre considera que «sería bueno que las valoraciones a este respecto se hicieran con prudencia, en diálogo entre expertos y entendidos, sin apremios ideológicos hacia conclusiones apresuradas y, sobre todo, concordando juntos un modelo de desarrollo sostenible, que asegure el bienestar de todos respetando el equilibrio ecológico».

«Si la tutela del medio ambiente tiene sus costes, éstos han de ser distribuidos con justicia --sugiere--, teniendo en cuenta el desarrollo de los diversos países y la solidaridad con las futuras generaciones».

La misiva papal pide «sentir» la tierra como «nuestra casa común» y, «para ponerla al servicio de todos, adoptar la vía del diálogo en vez de tomar decisiones unilaterales».

Considera que un ámbito en el que sería particularmente necesario intensificar el diálogo entre las naciones es el de la gestión de los recursos energéticos del planeta.

Por un lado, pensando en los países más ricos, considera que «hay que revisar los elevados niveles de consumo debidos al modelo actual de desarrollo y, por otro, predisponer inversiones adecuadas para diversificar las fuentes de energía y mejorar la eficiencia energética».

Por otro, «los países emergentes tienen hambre de energía, pero a veces este hambre se sacia a costa de los países pobres que, por la insuficiencia de sus infraestructuras y tecnología, se ven obligados a malvender los recursos energéticos que tienen».

«A veces, su misma libertad política queda en entredicho con formas de protectorado o, en todo caso, de condicionamiento que se muestran claramente humillantes», denuncia.

La paz se aprende en familia, explica el Papa

En el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz


CIUDAD DEL VATICANO, martes, 11 diciembre 2007 (ZENIT.org).- La paz se aprende en familia, por tanto, quien debilita la familia debilita también daña la paz, asegura Benedicto XVI.

Es la idea central que ha dejado en el mensaje que ha enviado con motivo de la Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2008, con el tema «Familia humana, comunidad de paz».

«La primera forma de comunión entre las personas es la que el amor suscita entre un hombre y una mujer decididos a unirse establemente para construir juntos una nueva familia».

«Pero también los pueblos de la tierra están llamados a establecer entre sí relaciones de solidaridad y colaboración, como corresponde a los miembros de la única familia humana», aclara la misiva presentada este martes en el Vaticano.

En una vida familiar «sana», según explica el pontífice, «se experimentan algunos elementos esenciales de la paz: la justicia y el amor entre hermanos y hermanas, la función de la autoridad manifestada por los padres, el servicio afectuoso a los miembros más débiles, porque son pequeños, ancianos o están enfermos, la ayuda mutua en las necesidades de la vida, la disponibilidad para acoger al otro y, si fuera necesario, para perdonarlo».

Por este motivo, asegura, «la familia es la primera e insustituible educadora de la paz. No ha de sorprender, pues, que se considere particularmente intolerable la violencia cometida dentro de la familia».

El ser humano en formación, pregunta el Papa, «¿dónde podría aprender a gustar mejor el "sabor" genuino de la paz sino en el "nido" que le prepara la naturaleza?».

«El lenguaje familiar es un lenguaje de paz; a él es necesario recurrir siempre para no perder el uso del vocabulario de la paz --subraya--. En la inflación de lenguajes, la sociedad no puede perder la referencia a esa "gramática" que todo niño aprende de los gestos y miradas de mamá y papá, antes incluso que de sus palabras».

Por tanto, señala Benedicto XVI, «quien obstaculiza la institución familiar, aunque sea inconscientemente, hace que la paz de toda la comunidad, nacional e internacional, sea frágil, porque debilita lo que, de hecho, es la principal "agencia" de paz.

«Todo lo que contribuye a debilitar la familia fundada en el matrimonio de un hombre y una mujer, lo que directa o indirectamente dificulta su disponibilidad para la acogida responsable de una nueva vida, lo que se opone a su derecho de ser la primera responsable de la educación de los hijos, es un impedimento objetivo para el camino de la paz».

«La familia tiene necesidad de una casa, del trabajo y del debido reconocimiento de la actividad doméstica de los padres; de escuela para los hijos, de asistencia sanitaria básica para todos».

«Cuando la sociedad y la política no se esfuerzan en ayudar a la familia en estos campos, se privan de un recurso esencial para el servicio de la paz»¸ indica.

En este sentido, concluye, «los medios de comunicación social, por las potencialidades educativas de que disponen, tienen una responsabilidad especial en la promoción del respeto por la familia, en ilustrar sus esperanzas y derechos, en resaltar su belleza».

San Juan Diego es modelo de vida para mexicanos, recuerda Cardenal Rivera

.- El Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, señaló durante el 5° aniversario de la canonización de San Juan Diego, que el vidente del Tepeyac fue un gran hombre, humilde y sencillo, y que es un modelo de vida para los mexicanos.

Durante la Misa celebrada en la antigua Parroquia de Indios, ubicada al costado de la Basílica de Guadalupe, el Purpurado afirmó que este santo fue un auténtico misionero que se ha ganado la veneración y el reconocimiento de la gente más sencilla del país.

Luego, en la Catedral de México DF, el Arzobispo también recordó la ceremonia de canonización presidida por el Papa Juan Pablo II hace cinco años.

Por otro lado, al referirse a la próxima Navidad, el Cardenal Rivera pidió a los feligreses celebrar esta fecha con madurez cristiana y no reducir la fiesta a algo infantil. En ese sentido, los llamó a un profundo cambio de vida y a una auténtica conversión.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Guadalupe batirá records de peregrinos este 12 de diciembre

Siete millones de personas podrían visitar el santuario en cuatro días


MÉXICO, domingo, 9 diciembre 2007 (ZENIT.org-El Observador).- Se encuentra ya todo listo para la gran fiesta de México y de América, el próximo miércoles 12 de diciembre, fecha en la que se conmemorará el 476 aniversario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe al indígena Juan Diego, canonizado por Juan Pablo II.

El centro de confluencia de la celebración será --como desde hace cuatro siglos-- el lugar del Valle de México, donde el 12 de diciembre de 1531 tuvo lugar la última de las apariciones de la Virgen a su mensajero, san Juan Diego, indicándole que le llevara una rosas en su ayate (tilma con la que vestían los indígenas) al primer obispo de México, fray Juan de Zumárraga, puesto que ella quería que le fuera construida una casa de oración en las faldas del cerro del Tepeyac.

El ayate de san Juan Diego quedó para siempre con la impresión de la figura de la Virgen de Guadalupe, que ahora se venera por millones de personas en todo el mundo, pero, particularmente, en América Latina y en México.

Cada año visitan la Basílica de Guadalupe entre 18 y 20 millones de peregrinos, siendo el santuario más visitado de la cristiandad y uno de los más visitados por los peregrinos en todo el mundo. Hay días en que la Basílica es visitada hasta por 120 mil personas, número que se acrecienta del 9 al 12 de diciembre de cada año, con motivo de las fiestas de la Virgen.

Las autoridades que llevan el mando eclesiástico de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe esperan que este 2007 se rompan todos los records de asistencia, al llegar a los 7 millones de visitantes en tan sólo cuatro días. Obviamente el 12 de diciembre es el día de mayor visita de peregrinos con casi 2 millones de personas visitando la Basílica.

El santuario guadalupano recibe cerca de dos mil peregrinaciones anuales de compañías, sindicatos, organizaciones, hospitales, comunidades, parroquias, diócesis, seminarios, congregaciones masculinas y femeninas y visitantes de comunidades del extranjero, concretamente de Estados Unidos y de Centro América.

Lejos de disminuir está aumentando el flujo de peregrinos a la Basílica año con año. En diciembre de 2006 se registraron en el libro de la Basílica 429 peregrinaciones oficiales, mientras que en 2007 se tiene el registro de 434. El año pasado llegaron hasta los pies de la «morenita del Tepeyac» 1970 peregrinaciones, mientras que este año lo harán 2196 peregrinaciones.

Por Jaime Septién

La «Lectio Divina» en línea, «el GPS espiritual»

Presentado un proyecto de meditacion de la Sagrada Escritura para jóvenes en Internet


ROMA, lunes, 10 diciembre 2007 (ZENIT.org).- El cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, en Honduras, define la Lectio Divina, es decir, la lectura meditada de la Sagrada Escritura, como «el GPS espiritual».

Lo ha evocado en una conversación mantenida con Zenit Ricardo Grozna, el promotor de www.lectionautas.com, un método de lectura bíblica a través de Internet que está logando mucho consenso en América Latina y en otras zonas, pues ya ha alcanzado 50 mil usuarios.

«Definir la Lectio Divina como un GPS (Global Position System o Sistema de Posicionamento Global, ndr.), es ver en ella un posicionador satelital que nos dice en qué posición estamos, como la brújula, que nos indica el camino a seguir», explica Grozna.

«De hecho, si el cardenal Maradiaga se ha referido a la Lectio Divina como "GPS", el Papa ha definido a la Biblia como una "brújula para la vida"», subraya.

Lectionautas nació como un programa para jóvenes para acercarles a la Lectio Divina a través de Internet.

Ricardo Grzona, consultor católico de las Sociedades Bíblicas Unidas, manifiesta que el objetivo del programa, que han presentado en Roma a varios miembros de la curia, consiste en «capacitar a jóvenes líderes católicos para que enseñen a otros jóvenes a leer la Biblia con el método de oración contemplativa tradicional, Lectio Divina».

Este laico consagrado, argentino y residente en Miami, explica a Zenit en la sede de las Sociedades Bíblicas en Italia que la Sagrada Escritura «es un libro que lee mi vida y la Biblia termina siendo como un espejo donde me ayuda, me enseña a buscar un camino».

Grzona, que también es presidente de la Fundación Ramón Pané, subraya que «durante años, el Papa Juan Pablo II y luego Benedicto XVI insistieron mucho en que la Lectio Divina, que era un método de oración monacal, de los monjes, pudiera llegar a todos los cristianos».

El programa de la Lectio Divina por Internet consiste en ofrecer al usuario los textos y los audios en MP3 para facilitar su uso. Los usuarios son sobre todo jóvenes que descargan el audio a su teléfono móvil.

«La Iglesia en estos momentos está tomando todos los programas de lectura bíblica como prioritarios --expone Grozna-- especialmente en nuestra experiencia de América Latina».

«Los católicos han tardado un poco en redescubrir la Biblia, pero la Biblia siempre ha estado presente en la Iglesia. No podemos negar que, por ejemplo, cuando se celebra un sacramento siempre se ha leído la Biblia», afirma, y añade: «Yo no leo la Biblia, es la Biblia la que me lee a mí».

«Recibimos a través de este servicio de Lectionautas cientos de mensajes de correo electrónico de los jóvenes donde nos dicen cómo están cambiando sus vidas a través del seguimiento de la lectura orante».

El método también es ecuménico: «La Lectio Divina también ha sido un punto de avance en el diálogo con los demás hermanos cristianos», explica este promotor que viaja constantemente explicando a conferencias episcopales, diócesis y parroquias esta metodología por Internet.

Y además sirve como apostolado social: «En algún país, los jóvenes de las parroquias están utilizando el método de la Lectio Divina para llegar a los jóvenes marginales; aquellos que están en barrios muy pobres, aquellos que han sido víctimas de la droga, de la violencia, de las pandillas, de las maras, o como se llamen en los distintos países», revela Grozna.

El ingeniero Hugo Flores, gerente de Lectio Divina para jóvenes también ha estado en Roma para presentar el programa y ha revelado a Zenit que los más de 50 mil leccionautas están sobre todo en América Latina, Filipinas, Holanda, Italia, España, Francia y Taiwán.

¿Qué piensan los teólogos y biblistas de esta iniciativa? «Lo mejor», responde tajantemente Hugo Flores: «Han tomando la Lectio Divina como un punto para ayudarles a ellos a poder evangelizar y llevar la palabra del Señor a más grupos. Cardenales, obispos, sacerdotes... están fascinados con esta novedad, esta nueva forma de evangelizar a través de Internet».

El éxito de este programa de Lectio Divina en línea reside en haber unido tres conceptos característicos del mundo actual, revela Flores: «globalización, nuevas tecnologías y la Palabra del Señor».

Por Miriam Díez i Bosch

Campaña de la Santa Sede de adoración y «maternidad» por los sacerdotes

Lanzada por la Congregación para el Clero


CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 10 diciembre 2007 (ZENIT.org).- La Congregación vaticana para el Clero ha lanzado una campaña de adoración eucarística y de «maternidad» por la santidad de los sacerdotes del mundo.

La iniciativa ha sido convocada con una carta fechada el 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, firmada por el cardenal Cláudio Hummes y por el arzobispo Mauro Piacenza, respectivamente prefecto y secretario de la Congregación.

La campaña, según la misiva, quiere crear «un movimiento espiritual que, haciendo tomar cada vez más conciencia del vínculo ontológico entre Eucaristía y sacerdocio y de la especial maternidad de María hacia todos los sacerdotes, haga nacer una cadena de adoración perpetua, para la reparación de las faltas y para la santificación de los clérigos».

En particular, la iniciativa propone a «las almas femeninas consagradas» que, siguiendo el ejemplo de María, adopten «espiritualmente a sacerdotes para ayudarlos con la ofrenda de sí, la oración y la penitencia».

La iniciativa pretende «encomendar a María, la Madre del Sumo y Eterno Sacerdote, todos los sacerdotes, suscitando en la Iglesia un movimiento de oración, que ponga al centro la adoración eucarística continuada durante las veinticuatro horas».

La iniciativa busca que, «en cada rincón de la tierra siempre se eleve a Dios, incesantemente, una oración de adoración, agradecimiento, alabanza, plegaria y reparación, con el objetivo principal de suscitar un número suficiente de santas vocaciones al estado sacerdotal».

La carta se dirige a todos los obispos diocesanos para que las diócesis que lo deseen se unan a esta campaña, encargando a un sacerdote que dé seguimiento y los lugares y modalidades escogidos para la adoración.

Puede leerse la carta, una nota explicativa, y subsidios sobre el significado de la maternidad espiritual de sacerdotes en: www.clerus.org/pregate

Por Jesús Colina

Ante la Navidad, el Papa llama a la conversión y pide rechazar “mentalidad materialista”


Plaza de San Pedro durante el Ángelus de hoy

.- Antes de rezar el Ángelus este mediodía, el Papa Benedicto XVI resaltó el llamado a la conversión que continúa haciendo Juan Bautista a los “hombres y mujeres de nuestro tiempo, en los cuales el modo de vivir y percibir la Navidad suele lamentablemente padecer de una mentalidad materialista”.

Ante miles de feligreses que se hicieron presentes en la Plaza de San Pedro este mediodía para la oración mariana, el Santo Padre reflexionó en la lectura del Evangelio de la Misa de este segundo Domingo de Adviento señalando que este llamado es una invitación a “abrir el corazón y a acoger al Hijo de Dios que viene en medio de nosotros para manifestar la justicia divina”.

“El Padre –escribe el evangelista Juan– no enjuicia a nadie, pero ha dado al Hijo el poder de enjuiciar, porque es Hijo del hombre. Y es hoy, en el presente, que se juega nuestro destino futuro; es con el comportamiento concreto que tengamos en esta vida que decidimos nuestra suerte eterna”, dijo el Pontífice.

Al respecto indicó que “al final de nuestros días sobre la tierra, al momento de la muerte, seremos valorados según nuestra semejanza o no con el Niño que está por nacer en la pobre gruta de Belén, porque Él es el criterio de medida que Dios ha dado a la humanidad”.

Más adelante, el Papa explicó que “el Padre celestial, que en el nacimiento de su Hijo Unigénito ha manifestado su amor misericordioso, nos llama a seguir sus huellas haciendo, como Él, de nuestras existencia un don de amor. Y los frutos del amor son aquellos ‘dignos frutos de conversión’ a los que se refiere san Juan Bautista”.

Al finalizar su alocución antes del Ángelus, el Papa señaló que “mediante el Evangelio, Juan Bautista continúa hablando a través de los siglos, a cada generación”.

“Sus claras y duras palabras – constató– resultan cuánto más saludables para nosotros, hombres y mujeres de nuestro tiempo, en los cuales el modo de vivir y percibir la Navidad suele lamentablemente padecer de una mentalidad materialista. La ‘voz’ del gran profeta que llama a preparar el camino al Señor que viene, en los desiertos de hoy, desiertos exteriores e interiores, sedientos del agua viva que es Cristo.

“La ‘voz’ del gran profeta que llama a preparar el camino al Señor que viene, en los desiertos de hoy, desiertos exteriores e interiores, sedientos del agua viva que es Cristo”, señaló Benedicto XVI antes de pedirle a la Virgen María que nos guíe en el camino de una “auténtica conversión del corazón” para comprender la “necesidad de sintonizar nuestra mentalidad con el Evangelio”.

GODCAST: TRAVESIA POR LA VIDA, la radio en internet

Hola

Espero que estén muy bien y Dios los llene de bendiciones, el día de hoy, recibí un mensaje que amablemente me envió Jorge, un hermano peruano, en donde, además de palabras de aliento que agradezco de todo corazón, nos comparte el esfuerzo que están haciendo mediante un sitio dedicado a la defensa de la vida y de la familia a través de programas de radio que podemos escuchar en internet, este sitio es Travesía por la vida
y en él podemos encontrar el archivo con los programas que han realizado.
Cuentan también con un blog en la dirección:
www.travesiaporlavida.blogspot.com
Les felicito de todo corazón y Dios los bendecirá grandemente por el esfuerzo que están realizando en pro de la Vida y la Familia.
Saludos

Galatasdosveinte.blogspot.com