MÉXICO, viernes, 24 agosto 2007 (ZENIT.org-El Observador).- La Iglesia católica en México se ha volcado en ayuda a los damnificados del terremoto que tuvo lugar el pasado 15 de agosto en Perú, mientras se apresta a atender las demandas de miles de personas que han quedado sin casa o sin fuentes de trabajo tras el paso en México del huracán «Dean».
De éste último, la fase de evaluación apenas comienza, puesto que abandonó el territorio nacional apenas el día de ayer por la noche, aunque hay indicios de que la acción de ayuda se concentrará en Veracruz, Hidalgo y Puebla, mientras se desarrolla la logística de prevención y acción efectiva en la península de Yucatán, con la asistencia del ejército mexicano.
Por lo que respecta a Perú, las afectaciones del terremoto, sobre todo en el departamento de Ica y en la provincia de Pisco, las cifras oficiales hablan ya de medio millar de muertos, más de mil heridos graves y un gran total de 80 mil damnificados, con cerca de 16 mil viviendas destruidas por el seísmo de 7.9 grados en la escala de Richter y una duración de dos minutos.
«Ante estos lamentables hechos no podemos quedar inmutables», ha escrito en una carta dirigida a toda la Iglesia mexicana el obispo de Texcoco y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), monseñor Carlos Aguiar Retes. El purpurado mexicano ha dicho que «la caridad de Cristo nos urge a actuar en favor de estos hermanos y hermanas nuestros».
«Como en otras ocasiones similares hago un llamado a las Iglesias Particulares de nuestra Nación a promover las acciones necesarias para manifestar de manera concreta nuestra solidaridad. Les invito a orar incesantemente al Señor, para que mueva los corazones y allí donde ahora todo es desconcierto, llanto y desesperación, se deje sentir su misericordia», ha escrito monseñor Aguiar Retes.
Al final de su misiva, el presidente de la CEM señala que la mejor forma de ayudar materialmente, de acuerdo con la solicitud de la Iglesia peruana, será enviando aportaciones económicas. Lo destinado a este fin puede depositarse en la cuenta de Emergencias de Caritas Mexicana a nombre de Cáritas Mexicana I. A. P., Banamex, cuenta número 100, sucursal 746.
Y ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí. Gálatas 2,20
sábado, 25 de agosto de 2007
La Iglesia en México se vuelca en ayuda a Perú a pesar del huracán
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