VATICANO, 13 Jun. 07 / 08:54 am (ACI).- El cristiano se interesa por la Iglesia porque la ama, y no busca la curiosidad por el escándalo, dijo el Papa Benedicto XVI este miércoles, al dedicar su habitual catequesis a la figura de Eusebio, Obispo de Cesarea.
Hablando ante más de 30 mil personas bajo un día de sol que lo obligó a usar un sombrero, el Pontífice se refirió a Eusebio, el Padre de la Iglesia nacido alrededor del año 260 y conocido como el primer historiador del cristianismo, señalando que fue “el más grande filólogo de la Iglesia antigua”, que como tal participó en el Concilio de Nicea en el 325, donde se definió el Credo y la afirmación de la plena divinidad del Hijo de Dios.
“La fama imperecedera de Eusebio –explicó el Papa– está ligada en primer lugar a los diez libros de su ‘Historia Eclesiástica’, con los que consiguió salvar del olvido seguro numerosos hechos, personajes y obras literarias de la Iglesia antigua”.
Pero la historiografía de Eusebio, explicó el Santo Padre, “es una historia centrada en Cristo, donde se desvela progresivamente el misterio del amor de Dios por los seres humanos”. “El análisis histórico no está nunca finalizado a sí mismo sino que apunta decididamente a la conversión y a un testimonio auténtico de vida cristiana por parte de los fieles”, agregó.
Benedicto XVI señaló que Eusebio “interpela a los creyentes de todos los tiempos respecto al modo de acercarse a los hechos de la historia y en particular de la Iglesia. También nos interpela a nosotros. ¿Cuál es nuestra actitud frente a las vicisitudes de la Iglesia?”.
Y el Papa preguntó: “¿Es la actitud de quienes se interesan por cura curiosidad, quizá buscando a cualquier precio lo sensacionalista o lo escandaloso?; ¿O es la actitud llena de amor y abierta al misterio de quien sabe, gracias a la fe, que puede encontrar en la historia de la Iglesia los signos del amor de Dios y las grandes obras de salvación que ha llevado a cabo? Si nuestra actitud es ésta, tenemos que dar una respuesta más coherente y decidida, un testimonio de vida más cristiano”.
El Santo Padre citó al respecto a “ese eminente experto de los Padres de la Iglesia que fue el Cardenal Jean Daniélou, cuando afirmaba: “Hay un contenido secreto en la historia. (...) El misterio de las obras de Dios que constituyen en el tiempo la realidad auténtica, que se esconde tras las apariencias. (...) Pero ésta historia que Dios realiza para el ser humano, no la realiza sin él”.“También hoy Eusebio de Cesarea invita a los creyentes a maravillarse, a contemplar en la historia las grandes obras de Dios para la salvación de los seres humanos. Y con igual energía nos invita a la conversión de vida. Efectivamente, frente a un Dios que nos ha amado tanto, no podemos permanecer inertes. La instancia propia del amor es que la vida entera se oriente a la imitación del Amado”, concluyó el Papa.
Hablando ante más de 30 mil personas bajo un día de sol que lo obligó a usar un sombrero, el Pontífice se refirió a Eusebio, el Padre de la Iglesia nacido alrededor del año 260 y conocido como el primer historiador del cristianismo, señalando que fue “el más grande filólogo de la Iglesia antigua”, que como tal participó en el Concilio de Nicea en el 325, donde se definió el Credo y la afirmación de la plena divinidad del Hijo de Dios.
“La fama imperecedera de Eusebio –explicó el Papa– está ligada en primer lugar a los diez libros de su ‘Historia Eclesiástica’, con los que consiguió salvar del olvido seguro numerosos hechos, personajes y obras literarias de la Iglesia antigua”.
Pero la historiografía de Eusebio, explicó el Santo Padre, “es una historia centrada en Cristo, donde se desvela progresivamente el misterio del amor de Dios por los seres humanos”. “El análisis histórico no está nunca finalizado a sí mismo sino que apunta decididamente a la conversión y a un testimonio auténtico de vida cristiana por parte de los fieles”, agregó.
Benedicto XVI señaló que Eusebio “interpela a los creyentes de todos los tiempos respecto al modo de acercarse a los hechos de la historia y en particular de la Iglesia. También nos interpela a nosotros. ¿Cuál es nuestra actitud frente a las vicisitudes de la Iglesia?”.
Y el Papa preguntó: “¿Es la actitud de quienes se interesan por cura curiosidad, quizá buscando a cualquier precio lo sensacionalista o lo escandaloso?; ¿O es la actitud llena de amor y abierta al misterio de quien sabe, gracias a la fe, que puede encontrar en la historia de la Iglesia los signos del amor de Dios y las grandes obras de salvación que ha llevado a cabo? Si nuestra actitud es ésta, tenemos que dar una respuesta más coherente y decidida, un testimonio de vida más cristiano”.
El Santo Padre citó al respecto a “ese eminente experto de los Padres de la Iglesia que fue el Cardenal Jean Daniélou, cuando afirmaba: “Hay un contenido secreto en la historia. (...) El misterio de las obras de Dios que constituyen en el tiempo la realidad auténtica, que se esconde tras las apariencias. (...) Pero ésta historia que Dios realiza para el ser humano, no la realiza sin él”.“También hoy Eusebio de Cesarea invita a los creyentes a maravillarse, a contemplar en la historia las grandes obras de Dios para la salvación de los seres humanos. Y con igual energía nos invita a la conversión de vida. Efectivamente, frente a un Dios que nos ha amado tanto, no podemos permanecer inertes. La instancia propia del amor es que la vida entera se oriente a la imitación del Amado”, concluyó el Papa.
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