El cardenal Turkson de Ghana habla sobre la Jornada Misionera Mundial
LONDRES, jueves, 18 octubre 2007 (ZENIT.org).- El Domingo Mundial de las Misiones (Domund) no consiste sólo en una ayuda económica a los países empobrecidos, afirma el cardenal africano Turkson en una visita a Londres, Reino Unido.
El cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, arzobispo de Cape Coast, Ghana, se encuentra en Inglaterra esta semana para estrechar lazos ya existentes entre los dos países, y subrayar la importancia de la Jornada Misionera Mundial.
El día del Domund, este domingo 21 de octubre, el cardenal africano celebrará la misa en la catedral de San Jorge, Southwark, Londres.
Hablando con Zenit sobre esta jornada, el cardenal afirma: «mi primera preocupación es explicar la visión de la misión en la Iglesia. Este objetivo no se puede equiparar de modo simplista con la ayuda al desarrollo y económica al Sur».
«Lo principal de la misión es la promoción de la Palabra de Dios y la fe en Jesús. Esta será diferente en los diversos países». Por ejemplo, añade, «proclamar puede requerir alguna estructura que apoye la proclamación, como en India, Latinoamérica y África».
«También hay lugares en los que tomará la forma de sencilla presencia del testimonio, como África del Norte y Oriente Medio, por ejemplo; algo tan simple como llevar la Biblia. En este caso, el testimonio está en la forma de vida de los testigos y lo que ellos hacen», añade.
«La misión son los modos de hacer todo esto. Lo mismo se puede decir aquí en Occidente. También realizamos la misión, aunque no del mismo modo que en otros lugares».
«Pienso en lo que sucedió en la historia con la proclamación del Evangelio. El modo en que empezó, en las primeras páginas de la Escritura, como se ve en los Hechos de los Apóstoles, fue invitando a la gente a la Iglesia, mediante una experiencia real de evangelización a través del mensaje de la Palabra de Dios».
«Luego, el mensaje fue reemplazado por alguna forma de catecismo, pero la catequesis no es el punto de entrada. Debería haber una invitación y luego debería venir la catequesis».
«Cuando acogemos a la gente en la Iglesia sólo con catequesis --afirma el cardenal--, tenemos cristianos con nociones que adolecen de experiencia personal. Si tenemos un cristianismo excesivamente conceptual, cuando alguien viene con otra idea, o con un modo mejor de mirar las cosas, se pierde la fe».
«Lo que se necesita es experiencia del amor de Dios por nosotros en Cristo Jesús, no de palabra sino vivido y experimentado. En este caso, algo queda en la experiencia de la persona --añade--. Necesitamos descubrir nuevos senderos para invitar a la gente no simplemente filosofar sino a entrar en una relación con Dios».
El cardenal Turkson confiesa que cree que África tiene el deber de ayudar a la Iglesia en Europa.
El purpurado, de 59 años, explica que justo como Europa fue generosa en su proyección misionera hacia África, así la Iglesia en África debe estar igualmente dispuesta a compartir la misión de la Iglesia en el mundo.
Ciertamente no se trata de que África envíe sacerdotes a Europa, aclara. Ghana tiene un presbítero por cada 2.400 católicos y Gran Bretaña uno por cada 890. Ahora bien, en su país hay tres centros de formación con entre 400 y 500 seminaristas.
De estos jóvenes, reconoce, depende en buena parte el futuro de la Iglesia en su país.
«Cuando es ordenado e inicia su ministerio, un sacerdote no puede predicar la conversión si él mismo no la ha experimentado. Cuando no ha tenido nunca la experiencia de la conversión, la Iglesia tiene un montón de debilidades», explica el cardenal africano.
Y añade: «la gente entonces deja la Iglesia y entra en otros grupos, como los evangélicos, porque no han profundizado en su fe. La gente aprendió algo, algunas nociones y conceptos, pero no compendió el don del amor de Dios, cuya riqueza la Iglesia tiene que ofrecer».
«Si uno tiene su propia experiencia de relación con Dios --concluye el cardenal Turkson- entonces su fe es más duradera y permanente. Debemos complementar las nociones y la filosofía haciendo que la gente arraigue en la experiencia».
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