Más de 300 muertos y un millar de heridos
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 16 agosto 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha transmitido su pésame por las víctimas del terremoto que este miércoles provocó más de 300 muertos y un millar de heridos y ha hecho un llamamiento a la solidaridad.
En un telegrama enviado a los obispos de las diócesis flageladas por el seísmo, el Papa reconoce que se encuentra «profundamente apenado al conocer la triste noticia» y «ofrece sufragios al Señor por el eterno descanso de los fallecidos».
La nota, enviada en su nombre por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, pide a los obispos que transmitan el «sincero pésame» del Santo Padre «a los familiares de los difuntos» y garantiza su «paterna cercanía espiritual a los numerosos heridos y a quienes se han visto privados de su hogar».
El Papa «alienta a las instituciones y personas de buena voluntad a prestar con caridad y espíritu de solidaridad cristiana la necesaria ayuda a los damnificados».
Al cierre de esta edición, el último balance hecho público por el Gobierno peruano ha elevado el número de víctimas mortales a 337 y a unos 1.350 los heridos por el gran terremoto de magnitud 7,9 en la escala de Richter que sacudió el centro y sur de Perú.
La mayoría de las víctimas se encuentran en Ica, a 300 kilómetros al sur de Lima, donde los temblores se han sentido con especial fuerza. Otras poblaciones afectadas son Chincha y Pisco.
Según el Instituto de Geofísica del Perú (IGP), se trata del seísmo más fuerte que Lima y las ciudades aledañas del sur han sufrido en los últimos 50 años.
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