 | 1.2 Espiritualidad Bíblica (1era. de 2 sesiones) a) ¿QUÉ ES ESPIRITUALIDAD? Para abordar el tema, un primer paso consiste en delimitar el campo de nuestra reflexión. Para ello, lo primero es aclararnos qué entendemos por espiritualidad, qué quiere decir para nosotros esta palabra, a qué realidades hacemos referencia cuando la usamos. Aquí, debemos decir fundamentalmente tres cosas: - La espiritualidad o vida espiritual NO es lo mismo que los EJERCICIOS de piedad o las actividades directamente religiosas de la vida, sino que abarca toda la vida en cuanto ésta puede y debe estar guiada por el Espíritu de Dios, y no por otras motivaciones, fines o fuerzas.
- Lo típico de la vida espiritual de cualquier persona consiste principalmente en la sintonía con el ESPÍRITU SANTO que Dios ha derramado en el mundo, de manera que nuestras vidas, las opciones que vayamos tomando a lo largo de nuestro caminar, encarnen el proyecto original de Dios de dar vida abundante para todos.
- Que en este ejercicio de descubrir la presencia y la inspiración divinas se va describiendo un camino y, en este sentido la espiritualidad en general puede ser entendida como un itinerario de SEGUIMIENTO DÓCIL del Señor.
Lo contrario de lo espiritual sería consecuentemente lo material o como también se le llama, lo temporal. Lo espiritual es lo que se refiere al alma y todo lo relativo a ella, lo material o temporal es lo que se refiere al cuerpo y a lo relacionado con él. Así, tenemos que un cierto sector de la Iglesia se preocupa más específicamente de las cosas espirituales (las cosas de Dios, las cosas del alma), mientras que otro sector mucho más grande, se encarga solamente de las cosas temporales. No está de más destacar que al hablar así, hacemos inmediatamente un juicio de valor acerca de cuál de los dos ámbitos es más importante. Por referirse directamente a Dios y a las cosas de Dios, a lo del alma, a lo eterno, lo espiritual es superior a lo temporal, lo cuál esta orientado solamente a las cosas de este mundo, a las cosas bajas del cuerpo, a lo que se acaba. Ahora bien, esta distinción entre un ámbito espiritual y otro temporal, es desconocida en el mundo de la Biblia. No sólo no aparece allí; podemos ir más allá y afirmar con seguridad que es contraria al modo como la Biblia entiende la vida, la relación con Dios, con los demás, con el mundo, con uno mismo. No hay en la Sagrada Escritura separación entre el cuerpo y el alma, sino integración. La oposición que aparece en la Biblia, en cambio, no es entre espiritual y temporal, sino entre espiritual y carnal. La Biblia no divide la vida en secciones, una de las cuales sería la espiritual, al lado de otras (las que nombramos al principio: física, social, doméstica, política, intelectual, etc.) ni tampoco divide la persona en dos partes, una parte espiritual y otra parte material. ¿Qué conclusión podemos sacar de las reflexiones precedentes? Al hablar de espiritualidad, de vida espiritual, la Biblia nos enseña que no se trata de hacer cosas inspiradas por algún espíritu (cualquiera que éste sea), en oposición a lo material, corporal, temporal. Lo central en la Escritura es si la vida, las decisiones, las relaciones están siendo guiadas por el Espíritu de Dios o bien por otro espíritu, opuesto al de Dios. De ahí entonces que la vida espiritual del cristiano deba de estar guiada por las enseñanzas de la Sagrada Escritura, pues la Biblia debe ser para nosotros fuente de crecimiento espiritual. Una espiritualidad bíblica de tal manera que todas las áreas de nuestra vida se vean impregnadas por los criterios del Reino y no de los del mundo. Para poder entender un poco más a qué nos referimos cuando hablamos de espiritualidad bíblica, señalaremos los rasgos de la vida espiritual según la Biblia: - La prioridad del amor de Dios por sobre cualquier iniciativa nuestra de amarlo.
- El contenido del proyecto de Dios sobre la creación, que no es otra cosa que la participación de la plenitud y la felicidad de la vida divina en nosotros.
- La necesidad de respuesta a esa iniciativa, a ese proyecto, como único camino posible de realización en nuestras vidas del proyecto de Dios.
Esto ha de traducirse por una parte, aceptar nuestra dependencia radical y original de Dios como padre, y por otra la de reconocer que no es por méritos propios que alcanzamos la salvación, pero que sin embargo es necesario dar frutos a esta iniciativa de Dios. La Sagrada Escritura insiste frecuentemente en esta, a la cual nunca podremos adelantarnos. La iniciativa nunca es nuestra, sólo de Dios. "El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo, para que, ofreciéndose en sacrificio, nuestros pecados quedaran perdonados" (1Jn.4 ,10). b) LA BIBLIA Y SUS BONDADES No existe una idea más errónea sobre las Sagradas Escrituras, que aquella que promueven los que viven alejados del Espíritu: "La Biblia es un libro lleno de prohibiciones y que solo nos conduce a un vivir con un sentimiento de culpa". Cuando en realidad la Biblia, siendo la Palabra de Dios misma, solo puede conducirnos a una vida llena de bondades, aún en medio de los problemas. Mencionemos algunas de estas bondades: - La Biblia como fuente de Fuerza y Victoria para el Cristiano
- La Escritura nos da la victoria sobre nuestras Tentaciones
- La Escritura como fuente de crecimiento Espiritual
- La Escritura fuente de poder Espiritual
- La Escritura fuente de luz para guiar al Cristiano
En esta primera sesión veremos sólo la primera, ya que el trabajo para casa consiste en ver cómo la Biblia nos muestra la eficacia de esta bondad. 1. La Biblia como fuente de Fuerza y Victoria para el Cristiano: Uno de los beneficios que trae a nuestra vida el estudio asiduo de la Biblia es la fortaleza en el alma por el contacto continuo de Dios con ella a través de la sabiduría que Él mismo infunde en ella al vivir en constante trato con ella. Un ejemplo maravilloso de esto es la fuerza que se adquiere para vencer las insidias y las tentaciones de Satanás. Trabajo para casa Veremos el poder que tiene la palabra para vencer al mismo demonio. Analicemos la cita de Mateo (Mt 4, 1-11) en el cual el demonio trata de tentar al Señor y cómo el Señor lo vence con la ayuda de la Sagrada Escritura: - Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo.
- Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre.
- Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
- Pero Él respondiendo, dijo: Escrito está: "No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."
- Entonces el diablo le llevó a la ciudad santa, y le puso sobre el pináculo del templo,
- y le dijo: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo, pues escrito está: "A sus ángeles te encomendará", y: "En las manos te llevarán, no sea que tu pie tropiece en piedra."
- Jesús le dijo: También está escrito: "No tentarás al Señor tu Dios."
- Otra vez el diablo le llevó a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
- y le dijo: Todo esto te daré, si postrándote me adoras.
- Entonces Jesús le dijo: ¡Vete, Satanás! Porque escrito está: "Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a Él servirás."
- El diablo entonces le dejó; y he aquí, ángeles vinieron y le servían.
Versículos 1-2: Este es el ejemplo clásico de cómo hacerle frente al demonio con la Palabra de Dios. En el primer versículo vemos que Satanás estaba listo para poner a prueba a Jesús y de esta manera hacer fracasar el plan de Dios. El Demonio ciertamente esperaba que Jesús fracasara y así salirse con la suya. Ahora bien el versículo 2 nos dice que Jesús había ayunado 40 días y 40 noches y que al final tuvo hambre. Pero notamos que no estaba desesperado, no estaba hambriento, era pues dueño de sus apetitos y de sus pasiones; ya que la penitencia tiene como fin último el darnos poder para controlar nuestra vida ante las pasiones que le son propias del cuerpo (el Placer). Versículos 3-4: El demonio ahora viene a tentarlo, buscando que él satisfaga sus deseos, que dé rienda suelta a sus apetitos, que use su poder para comer, que se dé cuenta de que no necesita a Dios para eso, pues él mismo es Dios y se merece comer bien. Jesús usa contra la tentación la Palabra de Dios en Deuteronomio (Dt 8, 3): "...No solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que viene de la boca de Dios". Jesús confía totalmente en la providencia divina y no está dispuesto a usar sus poderes para su beneficio personal; su vida depende totalmente de Dios. Versículos 5-7: Viendo Satanás que Jesús le responde con la Palabra, es ahora Satanás quién la usa en contra de Jesús y le responde con un Salmo (Sal 91, 11-12), para ver si en esto también obedece a Dios. Por supuesto que la palabra que le propone es una argucia para llevarlo a desobedecer a Dios: Si realmente confías en la providencia de Dios, prueba que crees en ello y salta desde el pináculo del templo. Y Jesús le responde de nuevo con la palabra justa del mismo Deuteronimio (Dt 6, 16): "No tentarás al Señor tu Dios..." (el Poder). Versículos 8-11: Finalmente el demonio se llevó a Cristo para hacerle ver todas las riquezas del mundo, se las ofrece a cambio de que se postre y lo adore. Jesús de nuevo regresa a la Escritura respondiendo del Deuteronomio (Dt 10, 20): "Está escrito... sólo a Dios adorarás...". Con ésto ya no le ha dejado cabida al demonio. La Palabra de Dios es verdaderamente eficaz para vencer nuestras tentaciones (el Poseer). Vemos pues, cómo la Palabra de Dios nos da fuerza para vencer las tentaciones más fuertes en el hombre: Placer, Poder y Poseer. Medita al respecto de estas tentaciones y escribe una ocasión en que creas que hayas podido salir victorioso del combate con Satanás, una en el plano del placer, otra en el poder y una más en el poseer. Si haz vivido alguna experiencia de combate y haz salido victorioso hasta hoy sin conocer la Biblia, piensa el gran beneficio que este conocimiento traerá a tu vida, sobre todo a la espiritual. Te sugerimos además, empezar la lectura de un pequeño "e-book" llamado: Espiritualidad Bíblica de Albert Nolan op., que podrás encontrar en nuestra biblioteca. | |
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