Mensajes de obispos de Francia y del propio país
VILLAHERMOSA, jueves, 8 noviembre 2007 (ZENIT.org-El Observador).- Benedicto XVI ha manifestado su cercanía y solidaridad con México tras las dramáticas inundaciones que han golpeado el Estado de Tabasco.
En un mensaje enviado en nombre del Papa por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado a monseñor Benjamín Castillo Plascencia, obispo de Tabasco, Su Santidad «ofrece sufragios al Señor por el eterno descanso de los difuntos».
Benedicto XVI pide al obispo que «exprese su sincero pésame a los familiares de los fallecidos, así como los sentimientos de su paterna cercanía espiritual a los heridos y a quienes se han visto privados de sus cosas, invitando al mismo tiempo a las instituciones y personas de buena voluntad a prestar solícitamente a los afectados la ayuda eficaz con caridad y espíritu de solidaridad cristiana».
«Con estos deseos, el Santo Padre imparte a los damnificados y a quienes les socorren la confortadora Bendición Apostólica», concluye el telegrama.
La Conferencia del Episcopado Francés también se ha solidarizado con México, a través de monseñor Marc Stenger, obispo de Troyes y encargado del servicio para América Latina de la propia Conferencia.
Los obispos franceses recuerdan --en el comunicado dirigido al presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), monseñor Carlos Aguiar Retes-- la importancia de fomentar entre todos los ciudadanos, especialmente entre los más pobres, una cultura de la prevención, misma a la que había aludido el domingo pasado el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera.
Por su parte el plano nacional, el obispo de San Cristóbal de las Casas, monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, ha dedicado su comentario semanal a la tragedia de Tabasco y de Chiapas, que mantiene sin hogar a cerca de un millón de personas.
«Ante la magnitud del desastre en Tabasco y parte de Chiapas por las recientes inundaciones --escribe monseñor Arizmendi Esquivel-- ha aparecido lo más noble de nuestra patria, que es la solidaridad generosa».
«Empresarios, legisladores, autoridades civiles, el ejército mexicano, organizaciones y sobre todo los pobres, han manifestado su cercanía con los que sufren», apunta monseñor Arizmendi Esquivel quien más adelante hace un reconocimiento a los medios de comunicación del país, pues, en su opinión, «han hecho un servicio de primera magnitud, que debemos reconocer».
Finalmente reconoce el obispo de San Cristóbal de las Casas, que tanto la Iglesia católica como las demás denominaciones religiosas, «estamos haciendo lo que nos toca, aunque no aparezcamos en los noticieros».
Por otro lado, monseñor José Luis Chávez Botello, arzobispo de Antequera-Oaxaca, ha escrito que la tragedia por la que pasa Tabasco «es en sí misma un llamado a la unidad y a la solidaridad de todos los mexicanos».
También, afirma monseñor Chávez Botello que es «una oportunidad de sentirnos y de actuar como hermanos especialmente de los más necesitados, de los que sufren (...) una oportunidad de reflexión para comprender que ante los graves problemas sociales que nos afectan, sean por causas naturales o de otro origen, es necesaria la colaboración de todos para superarlos».
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