lunes, 3 de marzo de 2008

La Palabra de hoy Lunes 3 de Marzo del 2008



Lectio Divina
Lunes 3 de Marzo del 2008
Ciclo "A": Lecturas - Año Par  |   IV Semana del Tiempo de Cuaresma
Feria    |  Color: Morado
Liturgia de las Horas: T. II  |  IV Semana del Salterio Lecturas: Juan 4, 43-54 ; Salmo 29

Primera Lectura

Isaías 65, 17-21

Esto dice el Señor:
"Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva;
ya no recordaré lo pasado,
lo olvidaré de corazón.

Se llenarán ustedes de gozo y de perpetua alegría
por lo que voy a crear:
Convertiré a Jerusalén en júbilo
y a mi pueblo en alegría.
Me alegraré por Jerusalén y me gozaré por mi pueblo.
Ya no se oirán en ella gemidos ni llantos.

Ya no habrá niños que vivan pocos días,
ni viejos que no colmen sus años
y al que no los alcance se le tendrá por maldito.
Construirán casas y vivirán en ellas,
plantarán viñas y comerán sus frutos".

 

+ Meditatio

Esta semana, después de haber ya trabajado en nuestra vida de conversión por espacio de tres semanas, la liturgia nos invita a reflexionar sobre los frutos de esta conversión. Inicia presentándonos este pasaje de Isaías en el cual nos dice que el Señor "no se recordará de nuestra vida pasada", es decir, de nuestras infidelidades, de nuestra falta de amor y compromiso, de haber estado lejos de él. Dios nos ofrece "un cielo nuevo y una tierra nueva", que es decir, una nueva vía vivida en su amor y en su paz. Para ello, es necesario que también nosotros nos perdonemos. Es increíble la cantidad de personas que acuden al sacramento de la reconciliación en donde recibe el perdón de Dios y con ello el olvido de sus faltas, pero que apenas salen de ahí y continúan llenas de remordimientos y sin paz. Esto es porque no se han perdonado a sí mismos, esto es dudar del perdón, del amor y de la misericordia de Dios. Si bien es cierto que el pecado nos lastima y hiere también, lo es que el amor de Dios todo lo sana y todo lo perdona.

Reconoce en ti el amor y el perdón de Dios y disfruta ya en esta tierra de la felicidad de Dios.

+ Oratio

Señor, me entrego a ti, y te pido que bendigas mi vida, que me conduzcas a la vida de abundancia que prometiste; que el contacto constante contigo, me sature de alegría, aleje el dolor y el sufrimiento de mi caminar y que haga que prosperes el trabajo de mis manos y mis obras, que contribuyen para la instauración de tu Reino en estos días.

No solo te pido que me alegres, sino además es mi deseo agradarte con mi vida, dame tu gracia Señor, para que con mis acciones pueda yo llenarte de júbilo y alegría, que puedas decir que te complaces con mi vida.

+ Operatio

Este día haré una acción concreta que agrade a Dios, como ayudar a un desconocido o un necesitado, hablarle de Dios a alguien, ir a misa, confesarme, demostrar claramente el amor a mis semejantes, etc.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

 

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