lunes, 26 de noviembre de 2007

Amor, no ambición, pide el Papa a los 23 nuevos cardenales

En el consistorio celebrado este sábado


CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 25 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Al crear 23 nuevos cardenales en el consistorio celebrado este sábado, Benedicto XVI les recordó que el amor, no la ambición, constituye la característica de todo discípulo de Jesucristo.

«Sed apóstoles de Dios que es Amor y testigos de la esperanza evangélica: esto espera de vosotros el pueblo cristiano», exhortó el pontífice durante la homilía de la celebración de la Palabra en la basílica de San Pedro en el Vaticano.

«No debe caracterizar cada uno de vuestros gestos y apalabras la búsqueda del poder y del éxito, sino la humilde entrega de sí mismo por el bien de la Iglesia», les dijo el Papa.

Los nuevos cardenales proceden de los siguientes países: 6 de Italia, 3 de España, 2 de Argentina, 2 de Estados Unidos, y el resto de México, Irak, Alemania, Polonia, Irlanda, Francia, Senegal, la India, Brasil, Kenia.

Los fieles que abarrotaban el templo, muchos de ellos procedentes de las diócesis de los nuevos purpurados, siguieron con la típica emoción los momentos más significativos de la celebración, en particular cuando cada cardenal se arrodilló ante el Santo Padre para recibir el birrete cardenalicio.

El Papa pronunció la fórmula: es «rojo como signo de la dignidad del oficio de cardenal, y significa que estás preparado para actuar con fortaleza, hasta el punto de derramar tu sangre por el crecimiento de la fe cristiana, por la paz y armonía entre el pueblo de Dios, por la libertad y la extensión de la Santa Iglesia Católica Romana».

En la homilía, el sucesor de Pedro comentó la fórmula con estas palabras: «al pasar a formar parte del Colegio de los cardenales, el Señor os pide y os confía el servicio del amor: amor a Dios, amor a su Iglesia, amor a los hermanos con la máxima e incondicional entrega, “hasta el derramamiento de la sangre”, como dice la fórmula de la imposición de la birreta y como muestra el color rojo de los hábitos que vestís».

A continuación, el obispo de Roma entregó a cada uno de los nuevos cardenales la bula de creación de cardenal, asignó el título o diaconía de una Iglesia de Roma, e intercambió el abrazo de la paz con los nuevos miembros del Colegio cardenalicio. Luego los cardenales intercambiaron el mismo signo entre ellos.

«La verdadera grandeza cristiana no consiste en dominar, sino en servir», recalcó el Papa a los neopurpurados en la homilía.

El Papa quiso recordar, además, a monseñor Ignacy Jez, obispo de Koszalin-Kolobrzeg, quien falleció el 16 de octubre, a los 93 años, un día antes de que el Papa hiciera públicos los nombres de los nuevos purpurados.

A partir de ese momento, el Colegio cardenalicio quedaba compuesto por 201 miembros, 120 de ellos electores. Según la composición por continentes, hay 104 cardenales europeos, 20 de América del norte, 34 de América Latina, 18 de África, 21 de Asia y 4 de Oceanía.

Por Jesús Colina

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