Renato Buzzonetti, declaró al diario italiano Il Messagero, que el Pontífice no pidió analgésicos ni
reclamó interrumpir su tratamiento durante los últimos días de su vida.
"Nunca dijo basta", explicó Buzzonetti descartando tajantemente que el Papa haya considerado alguna vez la eutanasia.
El médico también reveló que "nunca pidió analgésicos u otros fármacos para aliviar el dolor o poder dormir mejor. Soportaba el dolor con un valor sobrehumano".
Buzzonetti también señaló que Juan Pablo II decidió no ser hospitalizado por tercera vez porque "había comprendido que se acercaba el final y no quería que llegase fuera de su casa".
"Era demasiado inteligente como para saber que la batalla estaba perdida. A veces las batallas en medicina se pierden", añadió y explicó que "se hizo todo lo posible" para mejorar las condiciones del Papa pero "cuando se ve que todo está perdido también el médico se tiene que rendir".
Las declaraciones del médico se publicaron a raíz de las acusaciones de una médica italiana que deslizó la posibilidad de que a Juan Pablo II se le hubiera practicado la eutanasia. Durante el fin de semana, el Papa Benedicto XVI aseguró que su predecesor siempre exhortó a los científicos y médicos "a que se empeñasen en la investigación para prevenir y curar las enfermedades de la vejez, pero sin caer en la tentación de recurrir a prácticas para abreviar la vida anciana y enferma, que resultarían de hecho formas de eutanasia".
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